Encontrando un ancla en nuestra ansiedadMuestra

Ansiedad puede traer excelencia 

Déjame decirte que puede haber un lado positivo a la ansiedad. Soy un trabajador duro, soy entusiasta, me gusta la adrenalina, pero lo que fue una bendición para mí en mis años 30, ahora en los 40 se está volviendo en mi contra. Solo puedo suponer que empeorará en el futuro, y ahora me doy cuenta que tengo que ir al quiropráctico para que me ayude a relajar mi espalda. ¡La ansiedad te traiciona! 

Hay una diferencia entre la ansiedad y la ambición; si estás operando en adrenalina y ansiedad, vas a colapsar. Pero si estás operando desde un punto de vista de ambición donde dices, «Dios, quiero que hagas algo grande a través de los dones que me has dado», ese es un lugar diferente. Te digo, he vacilado entre los dos. «¿Estoy haciendo esto porque estoy nervioso por algo, quiero hacer un gran trabajo y rendir en un alto nivel?» O, soy ambicioso y digo: «Señor, haz lo que Tú quieras hacer». Tienes que prestar atención porque los dos puntos son difíciles de distinguir. Si es ansiedad, terminarás en esta pista reaccionaria donde estarás estresado por tanto tiempo, que se convertirá en la nueva norma. Aun cuando ya no tengas nada más que hacer, te darás cuenta y dirás, «espera un minuto, ¿por qué sigo intentando encontrar algo que hacer?»

Hombres y mujeres por igual, se sienten más cómodos en el trabajo porque están en control, que fuera del trabajo porque están fuera de control. Ellos terminarán siendo adictos al trabajo. Sus vacaciones acabarán pareciéndose a una hoja de cálculo de todas estas cosas que tienen que lograr, en lugar de tener unas vacaciones reales para verdaderamente descansar. Rompemos el mandamiento de honrar el día de reposo. Es por ello que estamos así, porque no reposamos.

Sin duda, la ansiedad puede traer excelencia, pero no es lo que deseamos que nos empuje hacia adelante. Deseamos que el poder y la voluntad de Dios sean el viento en nuestras velas, no el miedo a algo más. Así que ten cuidado de la ambición y de la ansiedad. Ten cuidado de ser reactivo, ten en cuenta incluso el aspecto químico de la ansiedad, incluso si necesitas ver a un médico sobre ello. Y ten cuidado de dónde estamos como ciudad y las cosas traumáticas que hemos vivido. No reduzcas la experiencia, aunque no se haya inundado tu casa. Dios quiere que te gires hacia Él con todas tus preocupaciones.