Completed in 1986 by a team of Latin American evangelical Bible scholars, La Biblia de las Américas (LBLA) is an original work translated from the Hebrew-Aramaic and Greek directly into modern Spanish. The LBLA presents the Word of God in a clear and flowing style while maintaining accuracy. Following the same principles of translation set for the NASB, the LBLA is understandable to the general public and also suitable for serious study.

LBLA Audio NT

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 <div class="book bkJHN">
 <div class="chapter ch9" data-usfm="JHN.9">
 <div class="label">9</div><div class="s"> Curaci&#243;n de un ciego</div><div class="p"> 1Al pasar Jes&#250;s, vio a un hombre ciego de nacimiento. 2Y sus disc&#237;pulos le preguntaron, diciendo: Rab&#237;#9:2 O, Maestro, &#191;qui&#233;n pec&#243;, este o sus padres, para que naciera ciego? 3Jes&#250;s respondi&#243;: Ni este pec&#243;, ni sus padres; sino que est&#225; ciego para que las obras de Dios se manifiesten en &#233;l. 4Nosotros debemos#9:4 Algunos mss. antiguos dicen: Me es necesario hacer las obras del que me envi&#243; mientras es de d&#237;a; la noche viene cuando nadie puede trabajar. 5Mientras estoy en el mundo, yo soy la luz del mundo. 6Habiendo dicho esto, escupi&#243; en tierra, e hizo barro con la saliva y le unt&#243; el barro en los ojos, 7y le dijo: Ve y l&#225;vate en el estanque de Silo&#233; (que quiere decir, Enviado). &#201;l fue, pues, y se lav&#243; y regres&#243; viendo. 8Entonces los vecinos y los que antes le hab&#237;an visto que era mendigo, dec&#237;an: &#191;No es este el que se sentaba y mendigaba? 9Unos dec&#237;an: &#201;l es; y otros dec&#237;an: No, pero se parece a &#233;l. &#201;l dec&#237;a: Yo soy. 10Entonces le dec&#237;an: &#191;C&#243;mo te fueron abiertos los ojos? 11&#201;l respondi&#243;: El hombre que se llama Jes&#250;s hizo barro, lo unt&#243; sobre mis ojos y me dijo: &#171;Ve al Silo&#233; y l&#225;vate&#187;. As&#237; que fui, me lav&#233; y recib&#237; la vista. 12Y le dijeron: &#191;D&#243;nde est&#225; &#201;l? &#201;l dijo*: No s&#233;.</div><div class="p"> 13Llevaron* ante los fariseos al que antes hab&#237;a sido ciego. 14Y era d&#237;a de reposo el d&#237;a en que Jes&#250;s hizo el barro y le abri&#243; los ojos. 15Entonces los fariseos volvieron tambi&#233;n a preguntarle c&#243;mo hab&#237;a recibido la vista. Y &#233;l les dijo: Me puso barro sobre los ojos, y me lav&#233; y veo. 16Por eso algunos de los fariseos dec&#237;an: Este hombre no viene#9:16 Lit., no es de Dios, porque no guarda el d&#237;a de reposo. Pero otros dec&#237;an: &#191;C&#243;mo puede un hombre pecador hacer tales se&#241;ales#9:16 O, estos milagros? Y hab&#237;a divisi&#243;n entre ellos. 17Entonces dijeron* otra vez al ciego: &#191;Qu&#233; dices t&#250; de &#201;l, ya que te abri&#243; los ojos? Y &#233;l dijo: Es un profeta. 18Entonces los jud&#237;os no le creyeron que hab&#237;a sido ciego, y que hab&#237;a recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que hab&#237;a recibido la vista, 19y les preguntaron, diciendo: &#191;Es este vuestro hijo, el que vosotros dec&#237;s que naci&#243; ciego? &#191;C&#243;mo es que ahora ve? 20Sus padres entonces les respondieron, y dijeron: Sabemos que este es nuestro hijo, y que naci&#243; ciego; 21pero c&#243;mo es que ahora ve, no lo sabemos; o qui&#233;n le abri&#243; los ojos, nosotros no lo sabemos. Preguntadle a &#233;l; edad tiene, &#233;l hablar&#225; por s&#237; mismo. 22Sus padres dijeron esto porque ten&#237;an miedo a los jud&#237;os; porque los jud&#237;os ya se hab&#237;an puesto de acuerdo en que si alguno confesaba que Jes&#250;s#9:22 Lit., El era el Cristo#9:22 I.e., el Mes&#237;as, fuera expulsado de la sinagoga. 23Por eso sus padres dijeron: Edad tiene; preguntadle a &#233;l.</div><div class="p"> 24Por segunda vez llamaron al hombre que hab&#237;a sido ciego y le dijeron: Da gloria a Dios#9:24 F&#243;rmula que se usaba para obligar a alguno a decir la verdad. V&#233;ase Jos. 7:19; nosotros sabemos que este hombre es un pecador. 25Entonces &#233;l les contest&#243;: Si es pecador, no lo s&#233;; una cosa s&#233;: que yo era ciego y ahora veo. 26Le dijeron entonces: &#191;Qu&#233; te hizo? &#191;C&#243;mo te abri&#243; los ojos? 27&#201;l les contest&#243;: Ya os lo dije y no escuchasteis; &#191;por qu&#233; quer&#233;is o&#237;rlo otra vez? &#191;Es que tambi&#233;n vosotros quer&#233;is haceros disc&#237;pulos suyos? 28Entonces lo insultaron, y le dijeron: T&#250; eres disc&#237;pulo de ese hombre; pero nosotros somos disc&#237;pulos de Mois&#233;s. 29Nosotros sabemos que Dios habl&#243; a Mois&#233;s, pero en cuanto a este, no sabemos de d&#243;nde es. 30Respondi&#243; el hombre y les dijo: Pues en esto hay algo asombroso, que vosotros no sep&#225;is de d&#243;nde es, y sin embargo, a m&#237; me abri&#243; los ojos. 31Sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguien teme a Dios y hace su voluntad, a este oye. 32Desde el principio jam&#225;s se ha o&#237;do decir que alguien abriera los ojos a un ciego de nacimiento. 33Si este no viniera#9:33 Lit., no fuera de Dios, no podr&#237;a hacer nada. 34Respondieron ellos y le dijeron: T&#250; naciste enteramente en pecados, &#191;y t&#250; nos ense&#241;as a nosotros? Y lo echaron fuera.</div><div class="p"> 35Jes&#250;s oy&#243; decir que lo hab&#237;an echado fuera, y hall&#225;ndolo, le dijo: &#191;Crees t&#250; en el Hijo del Hombre#9:35 Algunos mss. posteriores dicen: Hijo de Dios? 36&#201;l respondi&#243; y dijo: &#191;Y qui&#233;n es, Se&#241;or, para que yo crea en &#201;l? 37Jes&#250;s le dijo: Pues#9:37 Lit., Y t&#250; le has visto, y el que est&#225; hablando contigo, ese es. 38&#201;l entonces dijo: Creo, Se&#241;or. Y le ador&#243;. 39Y Jes&#250;s dijo: Yo vine a este mundo para juicio; para que los que no ven, vean, y para que los que ven se vuelvan ciegos. 40Algunos de los fariseos que estaban con &#201;l oyeron esto y le dijeron: &#191;Acaso nosotros tambi&#233;n somos ciegos? 41Jes&#250;s les dijo: Si fuerais ciegos, no tendr&#237;ais pecado; pero ahora, porque dec&#237;s: &#171;Vemos&#187;, vuestro pecado permanece.</div>
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1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation

Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, este o sus padres, para que naciera ciego? Jesús respondió: Ni este pecó, ni sus padres; sino que está ciego para que las obras de Dios se manifiesten en él. Nosotros debemos hacer las obras del que me envió mientras es de día; la noche viene cuando nadie puede trabajar. Mientras estoy en el mundo, yo soy la luz del mundo. Habiendo dicho esto, escupió en tierra, e hizo barro con la saliva y le untó el barro en los ojos, y le dijo: Ve y lávate en el estanque de Siloé (que quiere decir, Enviado). Él fue, pues, y se lavó y regresó viendo. Entonces los vecinos y los que antes le habían visto que era mendigo, decían: ¿No es este el que se sentaba y mendigaba? Unos decían: Él es; y otros decían: No, pero se parece a él. Él decía: Yo soy. Entonces le decían: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos? Él respondió: El hombre que se llama Jesús hizo barro, lo untó sobre mis ojos y me dijo: «Ve al Siloé y lávate». Así que fui, me lavé y recibí la vista. Y le dijeron: ¿Dónde está Él? Él dijo*: No sé.
Llevaron* ante los fariseos al que antes había sido ciego. Y era día de reposo el día en que Jesús hizo el barro y le abrió los ojos. Entonces los fariseos volvieron también a preguntarle cómo había recibido la vista. Y él les dijo: Me puso barro sobre los ojos, y me lavé y veo. Por eso algunos de los fariseos decían: Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el día de reposo. Pero otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer tales señales? Y había división entre ellos. Entonces dijeron* otra vez al ciego: ¿Qué dices tú de Él, ya que te abrió los ojos? Y él dijo: Es un profeta. Entonces los judíos no le creyeron que había sido ciego, y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista, y les preguntaron, diciendo: ¿Es este vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve? Sus padres entonces les respondieron, y dijeron: Sabemos que este es nuestro hijo, y que nació ciego; pero cómo es que ahora ve, no lo sabemos; o quién le abrió los ojos, nosotros no lo sabemos. Preguntadle a él; edad tiene, él hablará por sí mismo. Sus padres dijeron esto porque tenían miedo a los judíos; porque los judíos ya se habían puesto de acuerdo en que si alguno confesaba que Jesús era el Cristo, fuera expulsado de la sinagoga. Por eso sus padres dijeron: Edad tiene; preguntadle a él.
Por segunda vez llamaron al hombre que había sido ciego y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que este hombre es un pecador. Entonces él les contestó: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé: que yo era ciego y ahora veo. Le dijeron entonces: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos? Él les contestó: Ya os lo dije y no escuchasteis; ¿por qué queréis oírlo otra vez? ¿Es que también vosotros queréis haceros discípulos suyos? Entonces lo insultaron, y le dijeron: Tú eres discípulo de ese hombre; pero nosotros somos discípulos de Moisés. Nosotros sabemos que Dios habló a Moisés, pero en cuanto a este, no sabemos de dónde es. Respondió el hombre y les dijo: Pues en esto hay algo asombroso, que vosotros no sepáis de dónde es, y sin embargo, a mí me abrió los ojos. Sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguien teme a Dios y hace su voluntad, a este oye. Desde el principio jamás se ha oído decir que alguien abriera los ojos a un ciego de nacimiento. Si este no viniera de Dios, no podría hacer nada. Respondieron ellos y le dijeron: Tú naciste enteramente en pecados, ¿y tú nos enseñas a nosotros? Y lo echaron fuera.
Jesús oyó decir que lo habían echado fuera, y hallándolo, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo del Hombre? Él respondió y dijo: ¿Y quién es, Señor, para que yo crea en Él? Jesús le dijo: Pues tú le has visto, y el que está hablando contigo, ese es. Él entonces dijo: Creo, Señor. Y le adoró. Y Jesús dijo: Yo vine a este mundo para juicio; para que los que no ven, vean, y para que los que ven se vuelvan ciegos. Algunos de los fariseos que estaban con Él oyeron esto y le dijeron: ¿Acaso nosotros también somos ciegos? Jesús les dijo: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero ahora, porque decís: «Vemos», vuestro pecado permanece.

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