TOBÍAS 11
11
Llegada de Tobías y curación de Tobit
1Cuando ya estaban cerca de Caserín#11,1: Caserín: No se conoce la identidad de esta ciudad, el texto breve ni siquiera la nombra., frente a Nínive, dijo Rafael:
2— Tú sabes en qué situación dejamos a tu padre. 3Adelantémonos a tu esposa y preparemos la casa antes que lleguen los demás.#Gn 46,28.
4Se fueron juntos, y Rafael le dijo a Tobías que llevara en sus manos la hiel. El perro#11,4: el perro: El texto largo (que es el que habitualmente seguimos) dice por error “Señor” en lugar de “perro”. La Vulgata desarrolla mucho más la descripción de este detalle. los seguía a los dos. 5Ana estaba sentada, fija la mirada en el camino por donde su hijo había de regresar. 6Presintiendo su llegada, dijo al padre:
— ¡Mira, ahí viene tu hijo con su compañero!
7Rafael dijo a Tobías antes de que se acercara a su padre:
— Estoy seguro de que los ojos de tu padre volverán a abrirse. 8Úntaselos con la hiel del pez: la medicina contraerá y hará que desaparezcan las manchas blancas de sus ojos. Tu padre recuperará la vista y verá de nuevo la luz.
9Ana echó a correr y se abrazó al cuello de su hijo, mientras le decía:
— ¡Hijo mío, he vuelto a verte! ¡Ahora ya me puedo morir!
Y rompió a llorar.#Gn 33,4; 45,14; 46,29-30; Lc 15,20. 10Tobit se levantó, y tropezando salió por la puerta que daba al patio. 11Entonces Tobías se acercó a él con la hiel del pez en la mano, le sopló en los ojos, agarró su mano y le dijo:
— ¡Ánimo, padre!
Al instante le aplicó el remedio extendiéndoselo sobre los ojos; 12después, con ambas manos, le quitó las manchas blancas de los ojos. 13El padre se abrazó llorando al cuello de su hijo, y le dijo:
— ¡Ya te veo, hijo mío, luz de mis ojos!#Hch 9,18.
14Y añadió:
¡Bendito sea Dios#11,14: Bendito sea Dios: El texto breve pone toda la plegaria en segunda persona.
y bendito sea su gran nombre!
¡Benditos sean todos sus santos ángeles!
¡Que su inmensa grandeza nos proteja
y sus ángeles sean eternamente benditos!
Él me castigó, pero se compadeció de mí
y ahora puedo ver a mi hijo Tobías.
15Tobías entró en la casa lleno de alegría y alabando a Dios en alta voz. Luego informó a su padre del éxito de su viaje: le informó de que había recuperado el dinero, y de que se había casado con Sara, la hija de Ragüel, la cual se había quedado junto a las puertas de Nínive y estaba a punto de llegar.
16Entonces Tobit, muy alegre y bendiciendo a Dios, salió a encontrarse con su nuera en las puertas#11,16: en las puertas: La puerta era el lugar público por excelencia. Al ser el lugar de paso obligado para todo el que entraba o salía de la ciudad, allí tenían lugar el mercado, los juicios, las reuniones para pasar el tiempo. de Nínive. Al verlo andar y avanzar lleno de vigor, sin que nadie tuviera que llevarlo de la mano, los habitantes de Nínive se quedaban admirados. Y Tobit proclamaba ante ellos que Dios había tenido misericordia de él y le había devuelto la vista. 17Luego se acercó Tobit a Sara, esposa de su hijo Tobías, y la bendijo diciéndole#11,17: la bendijo diciéndole: La bendición de Tobit puede pertenecer a un rito de recepción de la novia y de acogida en su nuevo hogar.:
— ¡Bienvenida seas, hija mía, y bendito sea tu Dios que te ha traído a nosotros! ¡Bendito sea tu padre, bendito mi hijo Tobías y bendita tú, hija mía! ¡Sé bienvenida a esta tu casa, con bendición y alegría! ¡Entra, hija!
18Aquel fue un día de gran alegría para todos los judíos que vivían en Nínive. 19También acudieron a felicitar a Tobit sus sobrinos Ajicar y Nadab#11,19: Ajicar y Nadab: Vuelven a aparecer estos personajes que realmente no aportan nada nuevo a la historia a no ser la extensión de la alegría a todos los que han tenido algo que ver en ella..
La Biblia Hispanoamericana (BHTI) Traducción Interconfesional versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2011 Utilizada con permiso
TOBÍAS 11
11
Llegada de Tobías y curación de Tobit
1Cuando ya estaban cerca de Caserín#11,1: Caserín: No se conoce la identidad de esta ciudad, el texto breve ni siquiera la nombra., frente a Nínive, dijo Rafael:
2— Tú sabes en qué situación dejamos a tu padre. 3Adelantémonos a tu esposa y preparemos la casa antes que lleguen los demás.#Gn 46,28.
4Se fueron juntos, y Rafael le dijo a Tobías que llevara en sus manos la hiel. El perro#11,4: el perro: El texto largo (que es el que habitualmente seguimos) dice por error “Señor” en lugar de “perro”. La Vulgata desarrolla mucho más la descripción de este detalle. los seguía a los dos. 5Ana estaba sentada, fija la mirada en el camino por donde su hijo había de regresar. 6Presintiendo su llegada, dijo al padre:
— ¡Mira, ahí viene tu hijo con su compañero!
7Rafael dijo a Tobías antes de que se acercara a su padre:
— Estoy seguro de que los ojos de tu padre volverán a abrirse. 8Úntaselos con la hiel del pez: la medicina contraerá y hará que desaparezcan las manchas blancas de sus ojos. Tu padre recuperará la vista y verá de nuevo la luz.
9Ana echó a correr y se abrazó al cuello de su hijo, mientras le decía:
— ¡Hijo mío, he vuelto a verte! ¡Ahora ya me puedo morir!
Y rompió a llorar.#Gn 33,4; 45,14; 46,29-30; Lc 15,20. 10Tobit se levantó, y tropezando salió por la puerta que daba al patio. 11Entonces Tobías se acercó a él con la hiel del pez en la mano, le sopló en los ojos, agarró su mano y le dijo:
— ¡Ánimo, padre!
Al instante le aplicó el remedio extendiéndoselo sobre los ojos; 12después, con ambas manos, le quitó las manchas blancas de los ojos. 13El padre se abrazó llorando al cuello de su hijo, y le dijo:
— ¡Ya te veo, hijo mío, luz de mis ojos!#Hch 9,18.
14Y añadió:
¡Bendito sea Dios#11,14: Bendito sea Dios: El texto breve pone toda la plegaria en segunda persona.
y bendito sea su gran nombre!
¡Benditos sean todos sus santos ángeles!
¡Que su inmensa grandeza nos proteja
y sus ángeles sean eternamente benditos!
Él me castigó, pero se compadeció de mí
y ahora puedo ver a mi hijo Tobías.
15Tobías entró en la casa lleno de alegría y alabando a Dios en alta voz. Luego informó a su padre del éxito de su viaje: le informó de que había recuperado el dinero, y de que se había casado con Sara, la hija de Ragüel, la cual se había quedado junto a las puertas de Nínive y estaba a punto de llegar.
16Entonces Tobit, muy alegre y bendiciendo a Dios, salió a encontrarse con su nuera en las puertas#11,16: en las puertas: La puerta era el lugar público por excelencia. Al ser el lugar de paso obligado para todo el que entraba o salía de la ciudad, allí tenían lugar el mercado, los juicios, las reuniones para pasar el tiempo. de Nínive. Al verlo andar y avanzar lleno de vigor, sin que nadie tuviera que llevarlo de la mano, los habitantes de Nínive se quedaban admirados. Y Tobit proclamaba ante ellos que Dios había tenido misericordia de él y le había devuelto la vista. 17Luego se acercó Tobit a Sara, esposa de su hijo Tobías, y la bendijo diciéndole#11,17: la bendijo diciéndole: La bendición de Tobit puede pertenecer a un rito de recepción de la novia y de acogida en su nuevo hogar.:
— ¡Bienvenida seas, hija mía, y bendito sea tu Dios que te ha traído a nosotros! ¡Bendito sea tu padre, bendito mi hijo Tobías y bendita tú, hija mía! ¡Sé bienvenida a esta tu casa, con bendición y alegría! ¡Entra, hija!
18Aquel fue un día de gran alegría para todos los judíos que vivían en Nínive. 19También acudieron a felicitar a Tobit sus sobrinos Ajicar y Nadab#11,19: Ajicar y Nadab: Vuelven a aparecer estos personajes que realmente no aportan nada nuevo a la historia a no ser la extensión de la alegría a todos los que han tenido algo que ver en ella..
La Biblia Hispanoamericana (BHTI) Traducción Interconfesional versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2011 Utilizada con permiso