Àwọn Ẹsẹ Bíbélì Tí Ọ̀pọ̀ Èèyàn Mọ Salmos 18

Pín

Mi Señor y Dios, tú eres mi roca, mi defensor, ¡mi libertador! Tú eres mi fuerza y mi escudo, mi poderosa salvación, mi alto refugio. ¡En ti confío!

El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor, acrisolada; Dios es el escudo de los que en él confían.

Yo te invoco, Señor, porque solo tú eres digno de alabanza; ¡tú me salvas de mis adversarios!

Pero en mi angustia, Señor, a ti clamé; a ti, mi Dios, pedí ayuda, y desde tu templo me escuchaste; ¡mis gemidos llegaron a tus oídos!

Señor, mi Dios, tú mantienes mi lámpara encendida; ¡tú eres la luz de mis tinieblas!

Dios es quien me infunde fuerzas; Dios es quien endereza mi camino

¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi roca! ¡Exaltado sea el Dios de mi salvación!