Vèsè popilè nan Bib la ki soti nan 2 Corintios 10

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y acabamos con el orgullo que no le permite a la gente conocer a Dios. Así podemos capturar todos los pensamientos y hacer que obedezcan a Cristo.

Las armas con las que luchamos no son de este mundo, sino que tienen el poder de Dios para destruir las fortalezas del enemigo. Con nuestras armas, también destruimos los argumentos de los que están en contra nuestra

Es cierto que vivimos en este mundo, pero no luchamos como los seres humanos que viven en él.

Pues no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien el Señor alaba.