Dios obra en aquellos que esperanNäide

"Paciencia en la espera de la Segunda Venida"
Por último, esperamos el regreso de Cristo. Como cristianos, nuestro mayor gozo aguarda por algo que aún no tenemos. Anhelamos ver a Jesús cara a cara. “Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos” (Romanos 8:25). Santiago deja esta relación incluso más clara:
“Por tanto hermanos, sed pacientes hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el fruto precioso de la tierra, siendo paciente en ello hasta que recibe la lluvia temprana y la tardía. Sed también vosotros pacientes; fortaleced vuestros corazones, porque la venida del Señor está cerca” (Santiago 5:7–8).
Esperar pacientemente la venida de Jesús es el punto culminante de la paciencia para el cristiano; y observen bien, no es una “paciencia” que equivale a ser apáticos respecto de Su venida. La verdadera paciencia presupone un anhelo agudo y un dolor intenso. No podemos ser pacientes respecto de Su Segunda Venida si primero no la añoramos. Mirar a nuestro alrededor, a nuestro mundo dolido y enfermo por el pecado y decir “¿Hasta cuándo, Señor?” no es traicionar la paciencia, sino que es darle a la paciencia su máxima expresión.
Por último, esperamos el regreso de Cristo. Como cristianos, nuestro mayor gozo aguarda por algo que aún no tenemos. Anhelamos ver a Jesús cara a cara. “Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos” (Romanos 8:25). Santiago deja esta relación incluso más clara:
“Por tanto hermanos, sed pacientes hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el fruto precioso de la tierra, siendo paciente en ello hasta que recibe la lluvia temprana y la tardía. Sed también vosotros pacientes; fortaleced vuestros corazones, porque la venida del Señor está cerca” (Santiago 5:7–8).
Esperar pacientemente la venida de Jesús es el punto culminante de la paciencia para el cristiano; y observen bien, no es una “paciencia” que equivale a ser apáticos respecto de Su venida. La verdadera paciencia presupone un anhelo agudo y un dolor intenso. No podemos ser pacientes respecto de Su Segunda Venida si primero no la añoramos. Mirar a nuestro alrededor, a nuestro mundo dolido y enfermo por el pecado y decir “¿Hasta cuándo, Señor?” no es traicionar la paciencia, sino que es darle a la paciencia su máxima expresión.
About this Plan

Cada día nos enfrentamos a la impaciencia. Ella nos causa frustraciones cada vez que tenemos que esperar en línea, en medio del tráfico, en el autoservicio de comida y otros. Vivimos en una sociedad que todo lo quiere rápido, y no tiene tiempo para esperar. En estos 6 días aprenderás por qué es necesario ser pacientes para ver a Dios obrar en medio de la espera.
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