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Héroes: Devociones de Tiempo de GraciaMuestra
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Valentía: Onésimo
Frederick Douglass, Sojourner Truth y Harriet Tubman son héroes nacionales de los Estados Unidos, escaparon de la esclavitud y se convirtieron en abolicionistas apasionados; pasaron el resto de su vida al servicio de los que aún gemían bajo el yugo.
La esclavitud estaba también muy extendida en el imperio romano en los tiempos del Nuevo Testamento, por eso no sorprende que muchos de los primeros cristianos fueran esclavos. Uno de ellos, un hombre llamado Onésimo, huyó y halló al apóstol Pablo en Roma, en la seguridad de que aquel que proclamaba la libertad en Cristo le daría refugio a él.
Para gran consternación de Onésimo, Pablo le pidió que volviera a Colosas, a Filemón, su amo. “Te lo envío de nuevo: es el hijo de mis entrañas. Yo hubiera querido que se quedara aquí conmigo, para que me sirviera en tu lugar mientras estoy preso por causa del evangelio. . . . Yo lo quiero mucho, pero tú debes quererlo todavía más, no solo humanamente sino también como hermano en el Señor” (Filemón 12-16). En la breve carta que escribió, Pablo les pedía sacrificios a los dos, pero el mayor sacrificio era el del antiguo esclavo que tenía que decidir si renunciaba o no a su libertad.
¿Habría yo renunciado a mi libertad por Jesús? No lo sé, pero sí sé que admiro el coraje de Onésimo y su confianza en el buen juicio de Pablo. Y sepa esto: 50 años después, el obispo Ignacio de Esmirna escribió una carta en la que se refería a un cierto obispo Onésimo de Éfeso. Hmm. . . ¿Cree que esa fue la maravillosa manera como Dios recompensó a un esclavo fiel?
Frederick Douglass, Sojourner Truth y Harriet Tubman son héroes nacionales de los Estados Unidos, escaparon de la esclavitud y se convirtieron en abolicionistas apasionados; pasaron el resto de su vida al servicio de los que aún gemían bajo el yugo.
La esclavitud estaba también muy extendida en el imperio romano en los tiempos del Nuevo Testamento, por eso no sorprende que muchos de los primeros cristianos fueran esclavos. Uno de ellos, un hombre llamado Onésimo, huyó y halló al apóstol Pablo en Roma, en la seguridad de que aquel que proclamaba la libertad en Cristo le daría refugio a él.
Para gran consternación de Onésimo, Pablo le pidió que volviera a Colosas, a Filemón, su amo. “Te lo envío de nuevo: es el hijo de mis entrañas. Yo hubiera querido que se quedara aquí conmigo, para que me sirviera en tu lugar mientras estoy preso por causa del evangelio. . . . Yo lo quiero mucho, pero tú debes quererlo todavía más, no solo humanamente sino también como hermano en el Señor” (Filemón 12-16). En la breve carta que escribió, Pablo les pedía sacrificios a los dos, pero el mayor sacrificio era el del antiguo esclavo que tenía que decidir si renunciaba o no a su libertad.
¿Habría yo renunciado a mi libertad por Jesús? No lo sé, pero sí sé que admiro el coraje de Onésimo y su confianza en el buen juicio de Pablo. Y sepa esto: 50 años después, el obispo Ignacio de Esmirna escribió una carta en la que se refería a un cierto obispo Onésimo de Éfeso. Hmm. . . ¿Cree que esa fue la maravillosa manera como Dios recompensó a un esclavo fiel?
Escrituras
Acerca de este Plan
En este plan de lecturas, disfrute de la colección personal del pastor Jeske de héroes bíblicos. Una de las muchas cosas que hace la Biblia por nosotros, es dejarnos conocer las historias de algunas de las personas más r...
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| Nos gustaría agradecer a Tiempo de Gracia por proveer este plan. Para más información, por favor visite: https://timeofgrace.org/espanol |
