Confiar y Creer: Devociones de Tiempo de GraciaMuestra

¿Cómo es confiar en Dios?: Puedo relajarme

Por la época de la primera guerra mundial, los viajes en automóvil eran un calvario; las carreteras estaban sin asfaltar y había que compartirlas con el ganado, las máquinas eran frágiles y con frecuencia se averiaban, los neumáticos se desinflaban constantemente, las estaciones de servicio eran pocas y distantes entre sí.

Hoy, nunca lo pienso dos veces antes de saltar al auto y conducir largas distancias; disfruto de muchas ventajas que mis abuelos no tuvieron: suaves carreteras interestatales, neumáticos radiales con bandas de acero, bolsas de aire, vehículos de alta ingeniería, teléfonos celulares, y la Asociación Americana de Automóviles.

Mi Dios es mucho mejor que la AAA: “Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios. Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros” (1 Juan 4:15,16). Él me mantiene funcionando, me da mapas, me pone a andar cuando mi batería está baja, me remolca si me averío, me da combustible en el camino y hasta me deja conducir.

Puedo relajarme y disfrutar el viaje de mi vida, sabiendo que mi Dios se ha comprometido a llevarme a mi destino.