Conversaciones con DiosMuestra

Muchas veces el Señor nos habla a través de la familia, amigos, pastores o incluso autores que nunca conoceremos. Al igual que cuando la Palabra del Señor vino a David a través de Natán, a Ester a través de su tío Mardoqueo y a Timoteo a través de Pablo, podemos sentirnos profundamente impactados por el ánimo y el ejemplo de los demás. 

Podría compartir contigo páginas de verdades obtenidas sentadas a los pies de mentores; de hecho, mis diarios están llenos de este tipo de sabiduría, pero me limitaré a uno. 

Hace unos años tuve el privilegio de reunirme varias veces con un mentor cuyas ideas han resultado tan prácticas. Cuando le pregunté acerca de mi tendencia a asumir el liderazgo, y luego desear poder retirarme, ella explicó que lo que comienza con una fe segura puede volverse en una duda. El espíritu salta y se eleva mientras el alma encogida escupe: "¿En qué estabas pensando? ¿Por qué te arriesgaste tanto? ¡Por el amor de Dios, regresa!” 

Para ilustrar, ella colocó una silla en el centro de la habitación y se sentó en el asiento para representar la aceptación de una nueva oportunidad de liderazgo. Ella me animó y me dijo que cuando el Señor me invita a "intensificar", debería reunir el coraje suficiente para permanecer en fe y apreciar la nueva posición. Luego, si el Señor así dispone, ordenar a mi alma que se ponga al lado de mi espíritu lleno de fe en lugar de permitir que mi alma exija una retirada apresurada. 

Todavía sigo este consejo. En ocasiones, literalmente he ido sola a la sala física que representaba un desafío de liderazgo, he colocado una silla en el centro del piso y me he sentado en su asiento. Desde esa posición, he observado la habitación y he meditado sobre la posición de autoridad a la que el Señor me había llamado. Todavía encaramada, he orado por los demás y por mí misma. Luego, en voz alta, le he ordenado a mi alma que permaneciera en la nueva posición y estuviera en paz. He dicho sí, al Señor y no a mis dudas. Ese consejo se ha convertido en sabiduría concreta para mi vida, la voz del Señor a través de un mentor de confianza.