Dios y Yo: Devociones del Ministerio Tiempo de Gracia Muestra

Dios y mi legado

Una de las más famosas citas incorrectas de la Biblia es: “El dinero es la raíz de todos los males”. Lo que en realidad dice la Biblia es que el amor al dinero es la raíz de todo tipo de males. En la Biblia abundan las advertencias contra el poder adictivo del materialismo, y también las advertencias contra el deseo de fama. Uno puede desear que las inversiones que hace sean lucrativas, pero ¿qué adjetivo se le aplica generalmente a la palabra lucro? Sí, sucio.

Y sin embargo, la riqueza y la fama no son malas en sí mismas. En efecto, Dios se complace en bendecir a los creyentes con esas mismas cosas cuando procuran dejarles una herencia a sus hijos. “Bienaventurado el hombre que teme a Jehová y en sus mandamientos se deleita en gran manera. Su descendencia será poderosa en la tierra; la generación de los rectos será bendita. Bienes y riquezas hay en su casa, y su justicia permanece para siempre.” (Salmo 112:1-3).

Aunque alguien puede tener que soportar pobreza, eso no significa que sea una meta profesional. Una gran meta es tratar de crear un patrimonio familiar para que los hijos y los nietos tengan seguridad económica y den con generosidad. El Dios que adoramos no es un dios de escasez, sino el Dios de la abundancia. “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario, abundéis para toda buena obra” (2 Corintios 9:8).

¿Ha hecho su testamento?