La razón de mi esperanza de Billy GrahamMuestra

Sé mi Salvador

Dios ha provisto el camino para cada alma que desea ser rescatada, apartándose del pecado para ser redimidos. Jesús dijo: "[He venido] a buscar y a salvar lo que se había perdido" (Lucas 19:10). ¿De qué somos rescatados? Del pecado que tan fácilmente nos atormenta. El pecado lleva a la muerte y, en última instancia, a la separación eterna de Dios . . .

. . . Sólo el Señor Jesús puede redimir el alma sumida en la culpa y la vergüenza. Esta carga nos oprime hasta que aceptamos el regalo de Jesús, el regalo que libera las almas del poder del pecado.

No podemos perdonar el pecado porque el pecado es contra Dios. Sólo Él puede perdonar y hacernos libres. Las buenas acciones no traerán consuelo al alma porque las cosas malas e hirientes que hacemos a los demás se hacen en definitiva contra Aquel que creó nuestras almas.

Tu alma pertenece a Dios. Él es el único que puede redimir tu alma.


Es Dios quien hizo tu alma.


Es el Señor Jesús quien murió para redimir tu alma.


Y es el Espíritu Santo quien puede llenar tu alma con el amor de Dios y guiarte por la vida.


Esta es la manera de tener la victoria sobre el pecado.