Su Historiaa [H.T.R.P.]Muestra

¿Heridas?

Wowowoo, muchas veces hablar de nuestras heridas suele ser chocante. Te pregunto: ¿alguna vez te sucedió que cuando se menciona este tema, automáticamente tu subconsciente te dice “estoy re sano”? Bueno, a mí me ha pasado, jajaja.

Hoy quiero hablarte de algunos puntos centrales respecto a ellas, y es que hay:

Heridas que fueron sanadas:

• Que habían sido causadas por el fracaso, o por baja autoestima.

Heridas que fueron restauradas:

• Que fueron causadas en su momento por alguna traición, o decepción, e hizo que te cueste volver a confiar en las personas que te fallaron, o incluso en vos mismo/a.

Si te pregunto o no, que en estas clases de heridas que fueron sanadas y restauradas, fueron porque se las rendiste a Jesús… Pero, ¿por qué te hablo de la siguiente? Sigue leyendo…

Heridas aun inconscientes (que tal vez no veas, pero están ahí):

Quiero decirte que son descubiertas si te animas a enfrentarlas y entregárselas al Señor; se requiere de una tarea en conjunto con el Espíritu Santo. Parece difícil, pero no lo harás solo. Dios estará contigo.

“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu fiel dentro de mí.” (Salmos 51:10 NTV)

Es importante que podamos presentarnos delante del Señor con toda humildad y poder reconocer que lo necesitamos. Muchas veces cargamos con angustias que no sabemos de dónde vienen o cómo surgieron, pero el Señor conoce tu corazón y no hay nada que se le pase a Él. Quiero que sepas que para Dios eres súper importante, te ama y quiere que estés sano/a integralmente.

Si este es tu llamado de atención de parte de Dios, ¡qué alegría que estés leyendo!
Dios tiene un propósito grande para tu herida, y será como testimonio de Su gloria en tu vida.

Heridas que fueron transformadas para sanar:

Son clases de heridas que tal vez pensabas que jamás podrían dejar de ser heridas, pero el Señor las transformó en cicatrices, hoy que pueden ser de bendición para aquellos que fueron heridos y no ven esperanza.

“Dios mío, mira en el fondo de mi corazón, y pon a prueba mis pensamientos. Dime si mi conducta no te agrada, y enséñame a vivir como quieres que yo viva.” (Salmos 139:23-24 TLA)

Termino con el devocional del día con esta clase de herida, porque todo en Cristo ha puesto esperanza en vos.

"Cuando tenemos dificultades, o cuando sufrimos, Dios nos ayuda para que podamos ayudar a los que sufren o tienen problemas." (2 Corintios 1:4 TLA)

No tengas miedo en confiar en Dios:

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” (Romanos 8:28 RVR1960)

Dios tiene un gran propósito para tu vida. Acércate confiado a Él y expone tus heridas que ya fueron sanadas, restauradas y transformadas, y disponte a que Dios te utilice como instrumento para llevar esperanza a otros.

Si hoy el Señor te está señalando alguna herida que no estabas consciente que tenías, ¡gloria a Dios! El Espíritu Santo está contigo. Camina confiado en que Dios obra sanidad cuando rendimos la herida por completo en Él.

“Yo les doy vida eterna y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar. El Padre y yo somos uno.” (Juan 10:28-30 NVI)

No hay lugar donde puedas esconderte de Dios, el salmista decía “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?” (Salmos 139:7 RVR1960)

Eres importante hijo/a de Dios.

Nos vemos, Dios mediante, en el próximo día.