Liderazgo Que Reconstruye: Ver, Planear Y Perseverar Con DiosMuestra

La prueba del líder: Perseverar ante la oposición

Cuando pienso en liderazgo y perseverancia, siempre recuerdo algo que me dijo un gran amigo cuando comencé a practicar deportes de fondo: "El hecho no está en no cansarse, sino en manejar el cansancio". Esos momentos en los que quieres dejarlo todo son los que definen a un líder. Y como él me enseñó, la clave está en volver a lo básico, en reencontrarte con lo esencial que sostiene tu fuerza.

Ser líder no significa que todo será fácil. Muchas veces quienes intentan restaurar, reconstruir o guiar se enfrentan a críticas externas, obstáculos imprevistos… y también a sus propios miedos, dudas y cansancio interno.

La resistencia más silenciosa puede ser esa voz interna que dice:

“¿Vale la pena?"

"¿Y si no puedo?"

Nehemías conoció esta realidad de primera mano. No solo estaba reconstruyendo muros físicos, sino proponiendo algo nuevo: un orden restaurado en medio del desastre.

Aquellos que se habían acostumbrado a la ruina reaccionaron con burlas, amenazas y complots. Sin embargo, Nehemías sabía que no podía hacerlo solo. Reconoció la necesidad de apoyarse en recursos externos estratégicos, y allí recurrió a Esdras, quien poseía las cualidades necesarias para complementar su liderazgo y fortalecer la obra.

El verdadero liderazgo requiere perseverancia externa e interna. La visión puede ser clara y el plan sólido, pero la prueba siempre vendrá: voces que critican, cansancio que pesa, dudas que paralizan. La diferencia entre rendirse y avanzar está en mantener la mirada en el propósito que Dios ha puesto delante de ti, en la fortaleza interna que Él provee para manejar el cansancio, y en reconocer los recursos y aliados que Él pone a tu disposición para cumplir la misión.

Oración

Señor, fortaléceme cuando enfrente oposición y desaliento, tanto de fuera como de mi propio corazón. Ayúdame a manejar el cansancio, a volver a lo básico, a mantener la mirada en Tu propósito y a reconocer los recursos y aliados que Tú pones en mi camino. Que cada acción guiada por Tu Espíritu refleje mi fe, y que cada desafío interno y externo se transforme en crecimiento y fidelidad. Amén.