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La Batalla No Es TuyaMuestra

La Batalla No Es Tuya

DÍA 2 DE 4

Día 2: Aprende a adorar en la batalla

Devocional:

¿Te imaginas a un soldado en plena guerra, con su arma en las manos... pero sin saber cómo usarla? Sería un desastre. Sin embargo, muchas veces estamos en esa misma posición. Estamos en medio de una batalla; emocional, espiritual o personal y aunque tenemos un arma poderosa en nuestras manos, no sabemos cómo usarla. Por eso, terminamos heridos, desgastados y, muchas veces, derrotados. Pero si tan solo entendiéramos esto: la adoración no es solo un canto bonito o una emoción pasajera, es un arma espiritual poderosa. Es la llave que abre los cielos, una actitud del corazón que mueve la mano de Dios, y una respuesta radical de fe cuando todo a nuestro alrededor grita desesperanza.

Ana no tenía hijos. Su alma estaba rota por años de espera, burla y dolor. Sin embargo, en medio de su agonía, eligió adorar. Se postró ante Dios con un corazón quebrantado, y fue su adoración sincera, no sus lágrimas, lo que movió el corazón del Padre. Ana pudo ver el resultado: recibió un hijo, Samuel, quien fue un profeta que marcó la historia de Israel.

Pablo y Silas fueron encarcelados, golpeados, encadenados y humillados. A medianoche, en el momento más oscuro del día, levantaron su voz en adoración. No tenían garantía de liberación, pero aun así cantaron. ¿Y qué pasó? Dios respondió con poder: las puertas se abrieron, las cadenas se rompieron, y su testimonio transformó incluso al carcelero. Josafat, rodeado por ejércitos enemigos, no preparó su defensa con armas humanas, sino con fe. Colocó a los adoradores al frente de su ejército, proclamando la grandeza de Dios antes de que la batalla comenzara. Y mientras ellos adoraban, Dios actuó a su favor: confundió a los enemigos, quienes comenzaron a pelear entre sí hasta destruirse por completo. Se lee bonito, ¿verdad? Pero la realidad es que no es fácil.

Muchas veces, el dolor y la angustia envuelven tanto el corazón que olvidamos que tenemos esta arma en nuestras manos. La adoración parece imposible cuando el alma está rota, pero es justo en esos momentos cuando más la necesitamos. Josafat no se dejó llevar por el temor, aunque claro que lo sintió. Sin embargo, tomó la decisión de adorar. No corrió a sus recursos naturales, no se apoyó en su ejército ni en su lógica. Él se elevó a un recurso espiritual.

En 2 Crónicas 20:22-23 leemos: “Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros” (RVR60).

¡Qué poderoso! Mientras tú comienzas a adorar, el Señor prepara una emboscada contra tus enemigos. ¡Sí! La depresión comienza a pelear con la ansiedad, la diabetes con el cáncer, la confusión con el miedo... ¡y se destruyen entre sí! Toma unos minutos... Pon un canto o música instrumental, cierra tus ojos y adora a tu Padre, ese Padre que, con amor inagotable, te ha estado esperando pacientemente.

Oración:

Señor, hoy decido adorarte aunque no vea la solución. Mi adoración no depende de mis circunstancias. Hoy he llegado a comprender que adorarte no es un sentimiento, sino una decisión, y hoy tomo esa decisión. Soy consciente de que vendrán momentos difíciles, pero estoy seguro de que ahí estarás tú, para ayudarme y alentarme a seguir adorando.

Acerca de este Plan

La Batalla No Es Tuya

¿Te sientes agotado por luchar solo (a)? Este devocional de 4 días es una invitación a soltar el control, rendirte sin miedo y descubrir que la batalla no es tuya, es de Dios. A través de historias bíblicas como la de Josafat, aprenderás a identificar tus cargas, adorar en medio del dolor, quedarte quieto con fe y volver a apoyarte en la presencia de Dios. No es debilidad, es confianza. No es resignación, es descanso. Permite que Dios pelee por ti.

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Nos gustaría agradecer a Ana Siguenza por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.anasiguenza.com