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Dios es la salida – Día 3

Cuando Jesús le preguntó al paralítico si quería ser sano, él respondió con excusas: “No tengo quien me meta en el estanque…” (Juan 5:7 RV1960). Estaba más enfocado en lo que le faltaba que en la solución que tenía delante.

Nos pasa igual: decimos “no tengo fuerzas”, “no tengo recursos”, “no tengo oportunidades”. Pero Jesús no necesita nuestras capacidades. Él mismo dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6 RV1960). Él no ofrece fórmulas, sino su presencia transformadora.

Pablo también afirma: “Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Romanos 8:31 RV1960). Las limitaciones que hoy ves en tu vida no son obstáculos para Dios, sino escenarios donde Él puede mostrar su gloria.

En la vida práctica, esto es como tener un GPS en el celular y, en vez de usarlo, seguir dando vueltas sin rumbo por la ciudad. Las excusas nos mantienen perdidos; pero cuando dejamos de insistir en nuestras propias ideas y miramos a Jesús, encontramos la salida clara y segura.

Hoy es tiempo de dejar de repetir “no tengo” y empezar a decir: “Con Cristo tengo todo lo que necesito.”

Habla con Dios y abre tu corazón:
Jesús, perdóname por enfocarme más en mis excusas que en tu poder. Hoy declaro que eres mi salida, mi esperanza y mi fuerza. Amén.

Te invito a pensar en lo siguiente:
¿Qué excusas estás usando para no avanzar en lo que Dios te pide?
¿Qué significa para ti que Jesús mismo sea tu salida?

Próximamente en el día 4: Religiosidad vs. Expectativa
Mañana veremos cómo la religiosidad puede apagar la fe, pero Jesús nos invita a vivir con expectativa de su poder.