Dios, la Roca Eterna en tiempos de cambios.Muestra

La mira puesta en la eternidad.

¿Te has percatado que al llegar al final del año la gente se acelera, se pone más ansiosa y frenética? ¿Que genera ese efecto? Al parecer la expectativa del cambio de año nos lleva a ese estado. Pero al analizarlo fríamente es solo un cambio de cifra en el calendario, que no tienen ningún efecto de cambio. Sin embargo, el cambio en el calendario puede cobrar un valor mucho más significativo cuando lo vemos desde la perspectiva de lo eterno. Todo lo terrenal que nos propongamos, que vayamos experimentando año tras año, terminará y lo único que perdurará será aquello aquello que esté aferrado a la eternidad.

No se trata solo de ser una mejor versión de ti mismo, sino de ser fundamentalmente diferente. La esperanza final (la Segunda Venida) le da propósito a la espera.

Cada acción de este año (los pequeños logros, el trabajo, las interacciones) debe ser un reflejo del Reino futuro. Jesús declaró la llegada del Reino de Dios a este mundo y nos enseñó a orar y a trabajar en función de que el Reino de los Cielos venga, pero también estamos en un espera y un anhelo del cumplimiento final de sus promesas de salvación.

Desafío del Día (Práctico): Escoge una experiencia cotidiana y anónima (como lavar los platos, enviar un correo electrónico o esperar en la fila) y hazla cada día con la intención consciente de honrar a Cristo, esperando su venida y tu encuentro con El, y no para tu propio reconocimiento.

Esto te conecta directamente con la esperanza eterna mientras lo sirves en Su Reino.