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Amar y obedecer: las dos caras de una misma fe
“En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos”. (1 Juan 5:2 - RVR 1960)
Amar a Dios no se demuestra solo con palabras, sino con obediencia.
Juan une amor y obediencia como expresiones inseparables de la fe. No se puede amar verdaderamente a las personas sin amar primero a Dios, ni amar a Dios sin guardar sus mandamientos (Juan 14:15).
El amor auténtico no contradice la obediencia; la inspira. Los mandamientos divinos no son una carga, sino una guía de libertad (Salmo 119:45). Cuando el corazón ha sido regenerado, la voluntad de Dios deja de ser una imposición y se convierte en deleite.
Amar y obedecer no son esfuerzos humanos, sino frutos del Espíritu que habita en quienes han creído.
¿Vives la obediencia como una obligación o como una expresión gozosa de tu amor a Dios?
Escrituras
Acerca de este Plan
Este devocional explora cómo la verdadera fe en Cristo produce amor, obediencia y victoria espiritual. En 1 Juan 5:1–5, el apóstol muestra que creer en Jesús como el Hijo de Dios no es solo una afirmación doctrinal, sino una realidad transformadora que se manifiesta en amar a Dios, guardar sus mandamientos y vencer el poder del mundo.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: leadershiftglobal.com
