El legado a nuestros hijosMuestra

Mostrando amor y bondad a mis hijos

Muchas veces como padres no sabemos cómo actuar ante momentos de rebeldía, a veces somos impulsivos, a veces podemos llegar a herir con nuestras palabras y otras veces callamos y nos alejamos. Al ser padres, no venimos con un manual de cómo actuar ante las diferentes circunstancias que se nos puedan presentar con nuestros hijos. Pero sí nos podemos guiar por el ejemplo de amor que realizó el padre en la parábola del hijo pródigo. Jesús nos enseña, por medio de la parábola, que siempre estará ahí para nosotros, no importando las dificultades que hayamos atravesado. Dios no nos abandona en ningún momento, Él siempre está esperándonos con brazos abiertos, al igual que el padre de la parábola del hijo pródigo, aún sabiendo que como hijos muchas veces tomamos decisiones equivocadas y traen sus consecuencias, Él nos espera con amor.

Nos ha pasado como padres, cuando advertimos a nuestros hijos de no hacer algo, como por ejemplo: cuando les decimos que limpien un espacio mojado porque se pueden caer y no lo hacen y se caen, primero por su desobediencia, segundo por no seguir una indicación y tercero por no saber escuchar la voz de nosotros como sus padres. Pero siempre estaremos para ayudarlos, curarlos y levantarlos. Es la misma situación nosotros como hijos de Dios, tomamos nuestras decisiones, aunque escuchamos al Espíritu Santo de no hacerlo, nosotros lo hacemos y cada decisión trae sus consecuencias, pero Dios, nuestro Padre, que tiene misericordia, nos acoge, nos perdona y restaura.

Piensa en esto: ¿Me he dejado llevar siempre por mis emociones al corregir a mis hijos o les he demostrado misericordia en alguna ocasión?

Ora: Padre, te doy las gracias porque me permites experimentar misericordia, al igual que la tuvo aquel padre de la parábola del hijo pródigo. Ayúdame a poder ser siempre de bendición para mis hijos, ayúdame a poder corregir con amor y guiar con bondad. Gracias Padre porque siempre me estás esperando con los brazos abiertos. En el nombre de Jesús, amén.