Una Cita Con DiosMuestra

LA GRACIA DE DIOS NOS DA IDENTIDAD

Una de las cosas más hermosas dentro del caminar cristiano es la Gracia del Señor, es algo que tal vez ya sabemos, que tal vez hayamos escuchado una y otra vez, pero créeme querido lector que no basta con solo escucharlo, hay que vivirlo, hay que sentirlo, hay que creerlo y probablemente sea una de las partes más difíciles de la Fe.

Hay una historia en la Biblia que en lo personal me parece que tiene un final totalmente triste debido a un incorrecto uso de un placer, esta historia es de Amnón y Tamar, los hijos del Rey David. El príncipe Amnón confundió el amor con el deseo, él deseaba tanto a su hermana Tamar que quería tener intimidad con ella, tanto era su desespero que hasta comenzó a sentirse físicamente mal, y en una parte de esta historia Jonadab, primo de Amnón, le dice:

"Un día, Jonadab le dijo a Amnón: —Dime, ¿por qué cada día te noto más decaído? ¿Si eres el hijo del rey, qué te puede faltar? Y Amnón le contestó: —Es que estoy enamorado de Tamar, ¡y es mi medio hermana!" (2 Samuel 13:4 TLA)

Vamos a enfocarnos en esta pregunta: ¿Si eres el hijo del rey, ¿qué te puede faltar? Hay algo importante en cada uno de nosotros y ese algo es nuestra identidad. El enemigo siempre tratará con todos sus intentos a través del pecado de dañarnos la identidad, porque sin identidad nuestra vida carece de sentido. Pero aquí hay algo importante, en esta historia Amnón pensó que estar con Tamar iba a resolver todos sus placeres, todas sus preguntas, se sentiría lleno, lo cual era una mentira, cuando un placer es usado de manera incorrecta puede llegar a convertirse en nuestra cárcel. Lo que Amnón no se pudo dar cuenta era que su identidad y sus placeres y las respuestas a sus preguntas estaban en el Rey, su padre. Y ahora quiero que nos preguntemos cada uno de nosotros. ¿Cómo viviéramos si realmente nos supiéramos hijos del Rey? ¿Cómo viviéramos si realmente tendríamos claro que nuestro papá es el Rey de reyes y Señor de señores, el dueño de la tierra y del oro y de la plata? Jonadab le dice a Amnón que, si él es hijo del rey, entones por qué está triste, si él es hijo del rey entonces qué le podría faltar, Porque saberse hijo del rey te revela que tu identidad en él será tu plenitud.

Eres un Hijo de Dios. Sé que probablemente nos ha pasado a todos, hay veces en las que no nos sentimos dignos de poder acercarnos a Dios, pero yo estoy aquí para recordarles que no es así. Por ejemplo, cuando me quiero tomar un baño no tengo que limpiarme antes de entrar, sino que entro para ser limpio, así es con Dios. Nos quiere, así como estamos, así con nuestras imperfecciones, así con nuestras dudas, así con nuestro polvo en los pies, Él nos dice: Mi amor te va a sanar. No podemos limpiarnos con nuestras fuerzas, pero él sí nos puede limpiar con su amor, y créanme que el amor de Dios cubre multitud de pecados. Tal vez esto ya lo sabíamos antes, pero esto realmente es un llamado no solo a saberlo de memoria sino a creerlo, a sentirlo y a vivirlo, ese es un gran acto de Fe, sabernos Hijos del Rey, y cuando se nos es revelado eso, nuestra perspectiva cambia por completo, nuestra vida es plena, gracias a que con manchas y todo fracaso en nosotros, Jesús nos dió un lugar en su mesa, Dios es bueno.

La intimidad con Dios nos revela todas estas cosas que vimos a través de este plan devocional. La intimidad es una cita, en la cual Dios está profundamente enamorado de nosotros y nosotros queremos quedarnos un momento más para contemplar su grandeza. Así nosotros abandonemos un día el lugar de nuestra cita con Dios, Él permanecerá esperando porque su amor no se rinde. Eres un Hijo de Dios y Él no se olvida de eso, pero quiere asegurarse que tú tampoco lo olvides.

¡DESAFÍO!

El último desafío de este plan bíblico es que compartas con otras personas lo que aprendimos juntos para que les recuerdes lo especiales que son para Dios y recuerda que en una cita con Dios Él te revelará las dimensiones de su amor.

Espero este plan devocional haya sido de gran bendición para tu vida, como lo fue para la mía. ¡Dios es Fiel!

William Martínez V.