El Poder De DecidirMuestra

Me parece fascinante que al leer la Biblia no solo aprendemos de grandes ejemplos de fe, sino también de situaciones y decisiones que debemos evitar.

Un ejemplo claro es la vida del rey Saúl, el primer rey de Israel, elegido e instruido por Dios para liderar a su pueblo (1 Samuel 10:1). Sin embargo, Saúl desobedeció el mandato de Dios (1 Samuel 13:8-14). En lugar de esperar al profeta Samuel, decidió presentar la ofrenda por su cuenta. La presión del pueblo lo llevó a actuar mal, y esa decisión terminó costándole su legado.

La presión de grupo no es algo exclusivo de niños o jóvenes. También como adultos podemos sentirnos presionados a tomar malas decisiones: mentir para obtener ventajas, aparentar lo que no somos para impresionar, o buscar atajos que nos apartan del plan de Dios.

Decisiones apresuradas y tomadas sin sabiduría pueden afectar no solo nuestra vida, sino también la de nuestra familia. La gran enseñanza de la historia de Saúl es aprender a esperar en Dios.

El libro de Santiago nos recuerda:
Dios bendice a los que soportan con paciencia las pruebas y las tentaciones (Santiago 1:12a NTV).

Toma unos minutos y medita en lo siguiente.

Autoevaluación:

¿Qué decisiones podrían afectar tu relación con Dios a largo plazo si no las reconsideras ahora?

Si reconoces que en algún área de tu vida la presión te llevó a tomar decisiones equivocadas, este es el momento de asumir responsabilidad y buscar la ayuda de Dios. Clama a Él como lo hizo el salmista:

Ten piedad de mí, oh, Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. (Salmos 51:1 RVR1960).