Cuando Esperar Es Lo MejorMuestra

Obedecer y Esperar — Dos Caras de la Misma Moneda

Querido lector, en una sociedad donde apretar un botón puede traer comida, entretenimiento y respuestas inmediatas, hablar de esperar parece anticuado. Pero en la vida espiritual, el esperar en Dios no es un lujo, sino una necesidad. El Salmo 27:14 nos invita a una postura contracultural: “Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová (RVR1960).

Obedecer a Dios implica más que hacer lo correcto. Implica también hacerlo en el tiempo correcto. A veces Dios no nos está diciendo “no”, solo está diciendo “todavía no”. Aquí es donde muchos se confunden. Caminan con Dios, oran, sirven, pero cuando no ven resultados rápidos, dudan, se desesperan o deciden actuar por su cuenta.

Josué escuchó una promesa: “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida” (Josué 1:5). Pero también recibió una condición: “Esfuérzate y sé valiente” (v.6 RVR1960). Esa valentía no era solo para conquistar, sino también para esperar.

Recuerda, obedecer sin esperar es imprudencia. Esperar sin obedecer es desobediencia. Pero obedecer y esperar es vivir en la voluntad perfecta de Dios.

Aguantar el silencio de Dios no es tiempo perdido, es terreno ganado en la fe. Cuando esperamos a Él, Él trabaja en nosotros. Dios no improvisa, ni se atrasa. Su tiempo es perfecto porque su amor es perfecto.

Hoy, examina tu corazón: ¿Estás obedeciendo a Dios pero a tu manera o en tu tiempo?
¿Qué tal si realizas esta oración: “Señor, enséñame a esperar como tú deseas que lo haga”?