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El pecado ya no tiene dominio
“Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido...”. Romanos 6:6 (RVR1960)
La cruz no solo pagó la culpa del pecado; quebró su poder sobre nosotros.
Pablo afirma que nuestro viejo hombre —nuestra naturaleza pecaminosa— fue crucificado con Cristo. Esto significa que el pecado perdió su dominio legal sobre nosotros. Ya no somos esclavos obligados a obedecer sus deseos. Aunque el pecado sigue presente, ya no tiene autoridad.
Esta es una verdad que debe ser “sabida” (v.6). No se trata de sentir menos inclinaciones, sino de creer que en Cristo hemos sido liberados del yugo del pecado (Gálatas 5:1). Vivimos en victoria, no porque no tengamos luchas, sino porque el pecado ya no tiene derecho legítimo sobre nuestra vida.
¿Estoy enfrentando las tentaciones desde la victoria de la cruz, o sigo creyendo que el pecado tiene poder sobre mí?
Escrituras
Acerca de este Plan
Romanos 6:1-14 nos revela que la gracia de Dios no es licencia para el pecado, sino poder para una vida transformada. Pablo enseña que hemos muerto al pecado con Cristo y resucitado para vivir en novedad de vida. Este devocional nos guiará a entender que la santidad no es un esfuerzo aislado, sino el resultado de nuestra unión con Cristo y de una identidad renovada en Él.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: leadershiftglobal.com
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