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Liberados para pertenecer a otro
“(...) para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios" (Romanos 7:4b RVR1960).
La libertad en Cristo no es autonomía; es pertenencia a un Señor que da fruto en nosotros.
La liberación de la ley no es para vivir sin señorío, sino para pertenecer a Cristo. Nuestra unión con el Cristo resucitado es el propósito de nuestra libertad. Ya no estamos bajo la condenación de la ley, sino bajo la dirección amorosa de Jesús (Efesios 5:25-27).
El fruto para Dios no se produce por obligación legalista, sino como resultado de una relación viva con Cristo. La verdadera santidad fluye de una comunión íntima, no de la imposición externa de normas.
¿Estoy viviendo una relación personal con Cristo que produce fruto, o solo cumpliendo rutinas vacías?
Escrituras
Acerca de este Plan
Romanos 7:1-6 nos enseña que la ley tenía autoridad sobre nosotros mientras estábamos bajo su dominio. Sin embargo, mediante la muerte de Cristo, hemos sido liberados de la esclavitud de la ley para vivir una nueva vida en el Espíritu. Este devocional nos guía a comprender cómo la unión con Cristo rompe la condena legalista y nos habilita para producir frutos que glorifican a Dios en una relación de amor y libertad.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: leadershiftglobal.com
