Madurez en Medio De La PruebaMuestra

Gozo en medio de la prueba

“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas” (Santiago 1:2 RVR1960).

La prueba no es castigo, es propósito: en ella Dios te forja, no te abandona.

Santiago da inicio con una afirmación desafiante: considerar el gozo al enfrentar pruebas. Este mandato no es una negación del dolor, sino una afirmación del propósito. La palabra griega usada para “pruebas” (peirasmos) se refiere a situaciones difíciles que desafían nuestra fe. Lo sorprendente es el llamado a tener “sumo gozo”, no por la dificultad en sí, sino por lo que Dios hace en nosotros a través de ella.

Este gozo no es emocional ni superficial. Es una elección basada en la fe en el carácter y propósito de Dios (Romanos 5:3-5). Al ver las pruebas como oportunidades para crecer en dependencia y obediencia, nuestro gozo se convierte en una respuesta espiritual que honra a Dios y nos transforma.

Jesús mismo, por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz (Hebreos 12:2). Así también nosotros, al enfrentar pruebas, tenemos la oportunidad de ser conformados a su imagen, descubriendo una dimensión más profunda de la gracia y el poder divino.

¿Ves tus pruebas como interrupciones de tu paz o como instrumentos del propósito de Dios?