Amor, Entrega Y Honra en El MatrimonioMuestra

Sujeción mutua: una actitud de humildad

"Someteos unos a otros en el temor de Dios" (Efesios 5:21, RVR1960).

La verdadera grandeza en el matrimonio se demuestra en el servicio mutuo.

Cuando un hombre y una mujer se casan, dejan de pertenecerse a sí mismos, para pertenecerse el uno al otro, dado que se convierten en usa sola carne (Marcos 10:8-9), por eso necesitan practicar la sumisión mutua.

Someternos es aceptar la posición, el rol, el papel que Dios nos ha designado, según el orden instituido por Él. Es cumplir ese rol o función con responsabilidad, convicción, compromiso y gozo delante de Dios (Colosenses 3:23-24).

Pablo llama a una actitud de sujeción mutua como introducción a las instrucciones matrimoniales. Esto significa respeto, humildad y disposición a poner al otro primero. No es dominio ni sumisión ciega, sino una danza de honra donde ambos se apoyan y se rinden al señorío de Cristo.

Este principio confronta el ego. En lugar de exigir derechos, nos invita a ceder por amor. Cuando ambos cónyuges viven así, se rompe la competencia y se construye un vínculo basado en la gracia.

Someterse no es debilidad: es fortaleza emocional, disposición espiritual, y confianza en el plan de Dios. Este tipo de entrega es el suelo fértil donde crece el amor duradero.

¿Estoy dispuesto a someterme por amor, reconociendo que el matrimonio es un espacio de entrega mutua y reverencia a Dios?