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La ley no es pecado, pero me revela mi pecado
“¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley (...)” (Romanos 7:7 RVR1960).
La ley no produce el pecado, pero ilumina lo que mi corazón desea esconder.
Pablo aclara que la ley no es pecado, sino que revela el pecado que ya habita en nosotros. La ley actúa como un espejo que muestra la verdadera condición de nuestro corazón (Santiago 1:23-25). Sin la ley, no tendríamos conciencia clara de la gravedad del pecado.
El problema no está en la ley, sino en nuestra naturaleza caída que se rebela ante ella. La ley no es la causa del pecado, pero sí su provocadora, al señalar lo que está prohibido y al revelar la inclinación de nuestro corazón a desobedecer.
¿Estoy dejando que la Palabra de Dios confronte y revele las áreas ocultas de pecado en mi vida?
Escrituras
Acerca de este Plan
Romanos 7:7-25 describe la lucha interna del creyente contra el pecado, mientras Romanos 8:1-8 revela la solución definitiva: la vida en el Espíritu. Este devocional te llevará a entender cómo la ley revela nuestro pecado, pero solo el Espíritu Santo nos da poder para vivir en libertad. La clave no está en el esfuerzo humano, sino en vivir conforme al Espíritu, experimentando la victoria que Cristo ha asegurado para nosotros.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://leadershiftglobal.com/
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