Las parábolas de JesúsMuestra

EL HOMBRE RICO Y LÁZARO
En esta parábola, recibimos dos lecciones de Jesús: una acerca del uso de las riquezas y la otra sobre nuestra confianza en las Escrituras.
En la primera sección de la parábola (versos 19-26) vemos que la suerte de dos hombres se invierte cuando pasan de la vida a la eternidad. Lázaro, que ansiaba incluso las migajas que caían de una mesa, es llevado por los ángeles para estar con Abraham. El hombre rico, a quien no le importaba el mendigo, ahora soporta el tormento eterno. Esta parábola no está aquí para enseñarnos cómo es la vida después de la muerte, sino para mostrarnos cuán importante es que utilicemos las riquezas, sin importar la cantidad que tengamos, para amar y cuidar a quienes nos rodean, no para potenciar cada uno de nuestros deseos. Las riquezas, incluso las abundantes, no son malas; de lo que debemos ser cautos es del uso que les damos: ¿son para el cuidado del Reino o para la indulgencia carnal?
Una vez el hombre rico se da cuenta de su error, desea advertir a sus hermanos para que puedan evitar el tormento, pero Abraham le recuerda que ya tienen una advertencia en las Escrituras. El hombre confía en que una señal milagrosa hará cambiar sus formas de pensar, pero Abraham está en desacuerdo. Debemos evitar la misma trampa del hombre rico, quien busca una señal y no le da importancia a las palabras de Dios, que están justo en frente de nosotros. Jesús realizó una señal tras otra en Su ministerio, pero no todos creyeron ni lo siguieron. Deberíamos estar agradecidos por tener tantas advertencias (y mucho más) como las que tenemos en las Escrituras sin exigir constantemente más del Creador.
En esta parábola, recibimos dos lecciones de Jesús: una acerca del uso de las riquezas y la otra sobre nuestra confianza en las Escrituras.
En la primera sección de la parábola (versos 19-26) vemos que la suerte de dos hombres se invierte cuando pasan de la vida a la eternidad. Lázaro, que ansiaba incluso las migajas que caían de una mesa, es llevado por los ángeles para estar con Abraham. El hombre rico, a quien no le importaba el mendigo, ahora soporta el tormento eterno. Esta parábola no está aquí para enseñarnos cómo es la vida después de la muerte, sino para mostrarnos cuán importante es que utilicemos las riquezas, sin importar la cantidad que tengamos, para amar y cuidar a quienes nos rodean, no para potenciar cada uno de nuestros deseos. Las riquezas, incluso las abundantes, no son malas; de lo que debemos ser cautos es del uso que les damos: ¿son para el cuidado del Reino o para la indulgencia carnal?
Una vez el hombre rico se da cuenta de su error, desea advertir a sus hermanos para que puedan evitar el tormento, pero Abraham le recuerda que ya tienen una advertencia en las Escrituras. El hombre confía en que una señal milagrosa hará cambiar sus formas de pensar, pero Abraham está en desacuerdo. Debemos evitar la misma trampa del hombre rico, quien busca una señal y no le da importancia a las palabras de Dios, que están justo en frente de nosotros. Jesús realizó una señal tras otra en Su ministerio, pero no todos creyeron ni lo siguieron. Deberíamos estar agradecidos por tener tantas advertencias (y mucho más) como las que tenemos en las Escrituras sin exigir constantemente más del Creador.
Escrituras
Acerca de este Plan

¡Este Plan lo guiará por las parábolas de Jesús, explorando lo que algunas de Sus más grandes enseñanzas significan para usted! ¡El lector podrá mantenerse al día en el Plan y tendrá tiempo para reflexionar y ser motivado por el amor y poder de Jesús mediante algunos días para ponerse al corriente!
More
We would like to thank Trinity New Life Church for this plan. For more information, please visit: http://www.trinitynewlife.com/
Planes relacionados

Elegido: Acuérdate del Evangelio todos los días

Eliseo: Una Historia de Fe Ilógica

Principios de la Palabra de Dios para el manejo del tiempo

Usando su tiempo para Dios

Mejor juntos

Creer que Dios es bueno pase lo que pase

Buscando la paz

Buscando diariamente el corazón de Dios: sabiduría

Corazones Áridos Corazones Exuberantes
