Las parábolas de JesúsMuestra

EL TRIGO Y LA CIZAÑA Y LA RED
Ambas parábolas nos enseñan que la asistencia a la iglesia, incluso de por vida, no siempre equivale a un corazón renovado y a una relación con Jesús. Por lo cual, deberíamos examinar los corazones para asegurarnos de que estamos descansando en Cristo y no en la "cristiandad" para la salvación.

¿Alguna vez se ha encontrado diciendo: "¡Siempre he sido cristiano!" o "¡Siempre he asistido a la iglesia!" cuando le preguntan sobre su testimonio? ¿Su conocimiento de las escrituras es más importante que su relación con Cristo? ¿Se encuentra reconfortándose por no infringir la ley en lugar de cultivar un deseo por la santidad? ¿Está intentando simplemente "permanecer salvo" en vez de hacer discípulos y promover el Reino de Dios?

Estas parábolas no son una excusa para evitar el pecado evidente e insolente en la iglesia. Los líderes de las iglesias deberían dirigirse a este tipo de personas en las vidas de los miembros de la misma. Sin embargo, en vez de convertirnos en detectives espirituales y ponernos a buscar las "cizañas" de nuestra iglesia y las iglesias alrededor, ¡deberíamos examinar nuestros propios corazones y ver si hay cizañas que están creciendo en ellos!