3 TemoresMuestra

¿Puede imaginarse el temor de este hombre? “Traicioné la gracia, traicioné la misericordia, traicioné a mi Salvador… todo para encajar en una sociedad que ahora me rechaza.”
¿Cuántas personas en el mundo luchan con ese mismo sentimiento a diario? Pensaron que si traicionaban la gracia, que si se alejaban del camino del Señor, que si abandonaban su fe para poder ser parte de una comunidad o encajar en cierto entorno, encontrarían aceptación. Pero esa misma comunidad, ese mismo mundo por el que lo arriesgaron todo… ahora también los rechaza. Y el temor con el que viven, día tras día, es el temor al rechazo. Un ejemplo de esto está en Mateo 27:3-5, luego de que Judas intentase "encajar" en el mundo, fue rechazado por aquellos a los que esperaba ser aceptado.
Muchos hoy no sienten el peso de no ser amados por el mundo… pero Judas sí lo sintió. Y no solo eso: ahora debía cargar con la auto condenación perpetua. “Traicioné sangre inocente.”
Este pensamiento se convirtió en una constante para él. No podía sacarlo de su mente. No había música, ni bar, ni lugar de moda, ni serie de televisión, ni el mejor plan de entretenimiento… nada podía silenciar su conciencia. No importaba cuántos canales tuviera a su disposición: el alma no se distrae tan fácilmente cuando está rota.
Isaías 48:22 lo resume con claridad: “No hay paz para los malos, dijo Jehová.”
Judas tuvo oportunidades. Tuvo momentos para reconocer quién era, para confrontarse con su interior. Porque para aquellos que están lejos de Dios, para los que han traicionado la luz… todavía hay provisión. Todavía hay momentos de gracia para arrepentirse.
Y una de esas escenas es profundamente conmovedora: Jesús lavando los pies de Judas. (Juan 13:1-11). Los mismos pies que, en tan solo unas horas, caminarían hacia la oscuridad para traicionar al Maestro. Jesús lo mira con ternura. Lo mira con compasión. Y una vez más, Judas tiene la oportunidad de quebrantarse ante esa mirada llena de amor. Tiene la oportunidad de decir:
“Este es el único que me puede limpiar. El único que me puede purificar. El único que me puede ayudar. No importa dónde haya estado o lo que haya hecho… Él me puede perdonar.” Pero no tomó esa oportunidad.
Más adelante, la Biblia nos dice que Jesús tomó el pan, lo mojó y se lo dio a Judas. Este no fue un gesto cualquiera. En los usos y costumbres de aquella época, mojar el pan y ofrecérselo a otro era un acto de amistad. Era una forma de decir: “Me siento honrado de que estés aquí.”
Jesús estaba dándole otra oportunidad. Le estaba mostrando, una vez más, su gran amor.
A pesar de lo que Judas ya había hecho, le estaba diciendo: “Aún te amo.”
Acerca de este Plan

“Tres temores” de Andrés Vargas es un plan devocional de cinco días que reflexiona sobre la última cena de Jesús y los distintos tipos de temor que enfrentaron sus discípulos. A través del ejemplo de Judas Iscariote, el rechazo del mundo y el miedo al futuro, el autor explora cómo el temor afecta nuestra relación con Dios. La enseñanza central es que solo en Cristo, su provisión y su Iglesia, podemos superar estos temores. Es un llamado a la obediencia, la confianza y la comunión con Dios en medio de la oscuridad.
More
Nos gustaría agradecer a TopCristianos por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: topcristianos.com
Planes relacionados

Reimaginar La Transformación a Través De La Vida De Pablo

La Fe No Hace Acepción De Personas

Día a Día Con Dios Parte 3

Sin Filtros: Viviendo Como Verdaderos Hijos De Dios

El Camino De La Confianza

"Un Encuentro Real Con El Espíritu Santo: Del Anhelo a La Llenura Transformadora"

7 Promesas De Dios Para El Día a Día

Agotamiento Pastoral

Una Fe Que Produce Vida
