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Todo lo que pidáis en mi nombre… – La oración con autoridad

Orar en el nombre de Jesús es invocar su carácter para cumplir su propósito.

Jesús culmina su enseñanza con una promesa doblemente afirmada: “Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, lo haré..." (Juan 14:13-14 RVR1960). Orar en su nombre no es usar una frase final como sello espiritual, sino orar desde una posición: estar en Él, alineados con su carácter, voluntad y misión. Quien vive por fe y obra en el Espíritu, ora con discernimiento y autoridad.

La oración es el vínculo que une la fe con la obra. No hacemos “obras mayores” desconectados del cielo, sino porque vivimos en comunión constante con el Padre a través del Hijo. Jesús garantiza que responderá esas oraciones, no por conveniencia personal, sino para que el Padre sea glorificado.

La fe nos hace actuar como Jesús, el Espíritu nos empodera para extender su Reino, y la oración nos conecta con la fuente del poder para cumplir esa misión. No se trata de pedir por pedir, sino de participar en lo que Él ya está haciendo.

Examina tus oraciones. ¿Nacen de la intimidad con Cristo? ¿Expresan su corazón, su compasión, su visión? Orar en su nombre es invocar su persona para cumplir su propósito.

¿Estoy orando desde mi agenda o desde el corazón del Padre revelado en Cristo?