Ver Al Padre en El Hijo: Una Revelación Que TransformaMuestra

Conocer es más que saber: es experimentar

Conocer a Jesús no es un evento intelectual, es una experiencia transformadora que toca cada rincón de nuestra vida.

Jesús le dice a Felipe: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido? Esta pregunta es una confrontación amorosa. Felipe convivió 3 años con Jesús, y aun así tenías sus dudas.

Podemos estar cerca de Jesús, asistir a reuniones, orar, leer la Biblia… y aún no conocerlo de verdad. No se trata sólo de saber de Él, sino de experimentar su carácter, su presencia, su vida en nosotros.

Jesús vivía tan en unidad con el Padre que todo lo que hacía era expresión directa de Dios: No hablo por mi propia cuenta… el Padre que mora en mí, él hace las obras. Su intimidad con Dios no era teórica, era viva, cotidiana, práctica.

Esa es la invitación para nosotros: no una religión de palabras, sino una vida de comunión. Podemos vivir en tal conexión con Cristo que nuestras palabras y acciones reflejen al Padre. No por esfuerzo humano, sino porque el Espíritu de Dios vive en nosotros.

Conocer a Jesús debe transformar nuestras relaciones, nuestras decisiones, nuestras prioridades. La fe no es información acumulada, es transformación encarnada.

¿Mi relación con Dios se basa más en información o en una experiencia viva que transforma mi interior y mis acciones?