Vestirse Del Nuevo HombreMuestra

Una vida insensible y alejada de Dios

Donde se enfría el corazón, se apaga la luz.

“…teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón…” (Efesios 4:18 RVR1960).

Pablo profundiza en la condición espiritual de quien vive alejado de Dios: el entendimiento se oscurece, la ignorancia espiritual se instala, y la dureza del corazón se convierte en una barrera contra la luz divina. No se trata simplemente de una falta de información, sino de una decisión continua de resistir la verdad.

Esta insensibilidad espiritual lleva a una vida marcada por el desenfreno, la impureza y la pérdida del sentido del bien. Es una especie de “anestesia moral”: ya no se siente culpa, ya no se percibe el daño.

El apóstol nos recuerda que alejarnos de Dios no es sólo un desvío teológico, sino una desconexión vital que nos deja en oscuridad.

Reflexión práctica:

¿Hay áreas de mi vida donde me he vuelto insensible a la voz de Dios? ¿Estoy justificando lo que antes me causaba convicción?

Oración:

Señor, quebranta toda dureza en mi corazón. No permitas que me acostumbre a la oscuridad ni me aleje de tu vida abundante.