Día Global de Oración Universitaria: Guía de Oración de 40 DíasMuestra

Día 17: Preámbulo para el Avivamiento y el Despertar Espiritual

“‘No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.”
— Zacarías 4:6

A principios de la década de 1830, dos leñadores llegaron a la fe en Cristo bajo la predicación de Charles Finney en Filadelfia. Sin que Finney lo supiera, ellos regresaron a las colinas de Pensilvania, una región sin iglesias ni creyentes, apenas con una Biblia y muy pocos que supieran leer.

Dos años después, mientras Finney viajaba por la orilla este del río Delaware y celebraba reuniones en la ciudad de Camden, NJ, estos dos leñadores salieron de las colinas para contarle a Finney la historia más extraordinaria que había escuchado. Sin saber qué hacer con su fe nueva y sencilla, regresaron a su campamento de leñadores y pusieron en práctica lo básico que habían aprendido de Finney: leían la Biblia y oraban. A medida que ese pequeño grupo se dedicó a buscar a Dios, el grupo creció conforme crecía la presencia de Dios. En dos años, abarcando un área de 80 millas², ¡5,000 personas llegaron a Cristo! Así que, cuando Finney regresó a la región, los leñadores salieron de los bosques para rogarle que enviara a alguien para discipular a los nuevos cristianos y plantar iglesias.

Este testimonio asombroso nos recuerda cómo funciona el Reino: “‘No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.” (Zacarías 4:6). Esto se hace eco de las lecciones de Ezequiel 37, cuando Dios ilustró Su promesa de traer avivamiento a Su pueblo cautivo mediante una visión. De pie ante un valle de huesos secos, Dios mandó a Ezequiel a profetizar Su promesa de avivamiento: “Yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.” (versículo 5). Pero antes de que los muertos pudieran vivir, Dios le ordenó a Ezequiel por segunda vez: “Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.’” (versículo 9).

¿El resultado? “Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.” (versículo 10). La vida es obra del Espíritu, y la oración convoca al Espíritu para la gloria del cielo.

Así, al orar por los campus universitarios de hoy—ya sea que nos identifiquemos personalmente como trabajadores manuales o como profetas—nuestro modus operandi sigue siendo el mismo de siempre. Por la autoridad de nuestro Cristo resucitado, quien nos ordena “orar sin cesar” y “pedir (¡y seguir pidiendo!)”, convocamos al viento—Su Espíritu de Vida y Santidad—que sólo Él puede traer vida donde no la hay y refrescamiento donde falta.

PUNTOS DE ORACIÓN:

• Confiesa tu (nuestra) dependencia en Dios. Solo Dios puede rescatar a esta generación (Juan 15:1-5).
• Humíllate ante Dios (Salmo 131; Romanos 8:26).
• Invoca el viento—el Espíritu Santo—con expectativa de un nuevo Pentecostés entre los universitarios. Ora tanto por los cristianos (para una vida llena del Espíritu) como por los que aún no creen, para que despierten a una nueva vida (Ezequiel 36:1-14; Hechos 2:1-4).

Por el Dr. Bob Bakke (Bob forma parte del equipo directivo de OneCry, es el productor de la transmisión del Día de Oración Universitaria, autor, conferencista y fue pastor principal de tres iglesias, además de exdirector ejecutivo de la Evangelical Free Church of America.)