Gedeón Esforzado Y ValienteMuestra

"Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de Madián por siete años. Y la mano de Madián prevaleció contra Israel. Y los hijos de Israel, por causa de los madianitas, se hicieron cuevas en los montes, y cavernas, y lugares fortificados" (Jueces 6:1-2).

Querido lector ¿Alguna vez te has sentido como si no tuvieras nada que ofrecer? Como si fueras el menos indicado para ser usado por Dios. Imagínate a Gedeón escondido porque tiene miedo de los madianitas. Se siente pequeño, sin recursos, con un pasado familiar de idolatría. Tal vez tú también te has sentido así: débil, incapaz, oprimido, con problemas familiares, económicos o espirituales.Pero, cuando Dios te ve, Él ve lo que tú no logras ver de ti. Porque Dios ve lo que serás en Él.

El contexto histórico de nuestra historia se desarrolla de la siguiente manera: Israel está bajo opresión por los madianitas, quienes robaban sus cosechas, animales y tierras. En este contexto, el pueblo clama, y Dios permite la opresión como una forma de llamar su atención (Jueces 6:1-6)

Y puede, en oportunidades, pasar lo mismo con nosotros querido lector. A veces, cuando nos alejamos de Dios, Él permite dificultades para despertarnos. No como castigo, sino como un llamado de amor. Tal vez, este sea un buen momento en la dificultad que puedas estar enfrentando, preguntarte: “Señor, ¿qué me quieres enseñar a través de esto?". Tal vez puedas orar: “Padre, ayúdame a entender tus propósitos en medio de mi dolor".

Si seguimos con el desarrollo de nuestra historia vemos el llamado inesperado que Dios le hace a Gedeón: El ángel del Señor aparece y le dice: “¡Varón esforzado y valiente!”. ¡Qué ironía! Gedeón está escondido. Pero Dios lo llama no por lo que es, sino por lo que será, en él. Lo interesante es darnos cuenta, cómo le responde Gedeón a Dios, le responde con dudas: “¿Dónde están tus maravillas?” y “Yo soy el más pobre y pequeño…”. Pero Dios le responde: “Yo estaré contigo".

Recuerda, no es quién eres, es quién está contigo. Quién te llama, quién te invita a unirte a su obra. Por tanto, no se trata de tu capacidad, de tu fuerza, de tu iniciativa sino de Dios obrando a través de ti: "Hermanos, consideren su propio llamamiento: no muchos de ustedes son sabios, según criterios meramente humanos; tampoco son muchos los poderosos ni muchos los de noble cuna. Pero Dios escogió lo tonto del mundo para avergonzar a los sabios, y escogió lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos. 28 También escogió Dios lo más bajo y despreciado, y lo que no es nada, para anular lo que es, 29 a fin de que en su presencia nadie pueda jactarse" (1 Cor. 1:26-29 NVI).

Y así como fue para Gedeón lo es también para nosotros; la respuesta de Dios es clara: “Yo estaré contigo". No es sobre tus recursos, es sobre Su presencia. Pasó lo mismo con Moisés, pasará lo mismo contigo y conmigo: “¿Quién soy yo para ir a Faraón?”. Dios le dijo: “Yo estaré contigo".

Recuerda querido lector, Dios no está buscando héroes perfectos, está buscando corazones disponibles. Por tanto, puedes hacer tuya esta oración: “Señor, estoy débil, pero si Tú estás conmigo, me levantaré. Gracias porque no miras mi debilidad como una barrera, sino como una oportunidad para mostrar tu gloria. Ayúdame a confiar en tu presencia más que en mis fuerzas. Aquí estoy, úsame. Amén".