Valiente en Su AmorMuestra

Todo obra para bien

La vida trae dolor, dudas y momentos de oscuridad, pero Dios no desperdicia nada.

Incluso lo que parece negativo, Él lo usa para formar nuestro carácter, acercarnos a Él y hacernos más semejantes a Cristo.

Dios usa nuestra debilidad para que su fuerza y poder sea manifestado, Él usa las pérdidas para enseñarnos a soltar el control, y las lágrimas para acercarnos más a su presencia.

"...«Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente presumiré más bien de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo" (2 Corintios 12:9 NVI).

El sufrimiento no define nuestro valor, sino que revela lo profundo de nuestra dependencia en Dios.

"Y no solo en esto, sino también en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia; la perseverancia, entereza de carácter; la entereza de carácter, esperanza. Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado" (Romanos 5:3-5 NVI).

Sanar es un proceso, y en ese proceso, Dios no se aparta: Camina contigo, te sostiene y te guía con ternura. No estás sola, aún cuando no veas resultados inmediatos, Dios está obrando en lo invisible para cumplir un propósito eterno en ti.

Oración

"Señor, aunque no siempre entiendo tus caminos, confío en que estás conmigo. Transforma mi dolor en propósito, mis miedos en valentía, y mi proceso en testimonio. Sostén mi fe mientras tú trabajas en mí. Amén".

Reflexión

Escribe una experiencia difícil que hayas vivido y cómo Dios la ha usado (o puede usarla) para bien. Toma un tiempo y agradécele por acompañarte incluso en ese proceso.

Recuerda que "toda historia es digna de ser vivida, por ende es digna de ser compartida"

Tu historia tiene propósito.