Jonás Y El Dios De Segundas OportunidadesMuestra

No importa qué tan enredada o desesperanzadora sea tu situación actual, nunca es demasiado tarde para humillarte ante Dios y reconocer su amor y la grandeza de su poder.

En medio del pez y en medio del mar, en la incomodidad en la que se encontraba, Jonás no tenía muchas opciones. No podía checar su Instagram ni entretenerse viendo videos chistosos para olvidarse de sus problemas.

Pero, lo que sí pudo hacer fue reflexionar acerca de su actitud hacia Dios, su camino actual y la fidelidad de Dios. Recordó que aunque nosotros somos inconstantes, Su amor por nosotros nunca deja de ser. Recordó al pueblo de Israel vagando por el desierto durante 40 años y la majestuosa provisión de Dios a pesar de su corazón duro.

Dios utiliza los problemas para revelarnos lo que hay dentro de nosotros, lo que necesita un cambio y los ajustes que debemos hacer. Son como el tubo de pasta dental que oprimes: sale lo que hay dentro. Los problemas revelan lo que hay dentro de nosotros.

David oraba al Señor y decía “'Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón”. No oraba para que Dios se diera cuenta de lo que había en su corazón. Dios ya lo sabía. Más bien, pedía que Dios le revelara aquellas cosas ocultas para él.

No desaproveches el problema actual que estés enfrentando. Pídele a Dios que te muestre aquello que debes cambiar dentro de ti. Pídele que te muestre si hay egoísmo disfrazado, u orgullo maquillado. Pídele que te muestre aquello que quizás para otros es evidente, pero que es un punto ciego para ti.

El problema actual no es la tragedia más grande. Esa sería que no aprendieras las lecciones que Dios quiere que extraigas del problema actual.

Lo más asombroso de todo es que estás a un corazón contrito y humillado de distancia de ver un gran milagro en tu vida. En el caso de Jonás, el final del capítulo 2 nos brinda un desenlace ansiosamente esperado: “Entonces el Señor dio una orden y el pez vomitó a Jonás en tierra firme".

Dios estaba esperando ver ese corazón humillado de Jonás y ese cambio en su manera de pensar (arrepentimiento) para llevar a cabo el milagro. Y tú, ¿ya estás listo?

Aplicación:

Así como Jonás, recuerda la misericordia de Dios y su gran amor inagotable y agradécele por su fidelidad a pesar de nuestra inconsistencia. Humíllate hoy delante de Dios para que Él te exalte a su debido tiempo.

Oración:

Señor, tú no rechazas un corazón contrito y humillado. Muéstrame lo que hay dentro de mi. Muéstrame las áreas en las que debo cambiar y gracias por permanecer fiel e inconmovible a pesar de mis errores.