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Insatisfacción

Comienzas tu día, realizas tus actividades diarias, estudias, trabajas, conversas y convives con personas, y por la noche te recuestas en tu cama y entonces piensas en una de estas dos cosas:

1.“Tengo todo lo que quiero, disfruto lo que hago todos los días, dinero no me falta, estoy en camino a conquistar todo lo que se me ponga enfrente, muchos quisieran vivir la vida que tengo y aún voy por más”.

2.“Trabajo y trabajo, me canso y de todas maneras no gano lo suficiente, odio mi trabajo, no aguanto a mi jefe ni a mis compañeros o esa carrera que estoy estudiando no es lo que esperaba. Quisiera que mi vida fuera diferente”.

Si te pasa o te ha pasado cualquiera de estos momentos, estás a un paso de sentir uno de los peores sentimientos que una persona puede sentir, o tal vez ya lo estés sintiendo: “insatisfacción”.

¿Y qué crees? Si obtuvieras todo eso que deseas (más dinero, un mejor trabajo, el reconocimiento que nunca te dieron, lo que sea que tanto anhelas), créeme que eso tampoco te va a satisfacer. Porque aun teniendo todo eso, la insatisfacción que tienes no se va a llenar, no te sentirás pleno y tendrás solo una felicidad ficticia que tarde o temprano se va a esfumar.

Todos los días vemos o escuchamos de personas que hacen cosas inimaginablemente malas con tal de conseguir eso que tanto anhelan, rompiendo cualquier principio moral, lastimando a muchos e incluso a sí mismas.

Algunos otros tal vez no lleguen a ese extremo, pero igual estarían dispuestos a romper algunas reglas con tal de “avanzar” en su vida.

¿Cuáles son esas cosas que el mundo te ofrece que te hace pensar “lo quiero, me gustaría tenerlo o hacerlo”? ¿Qué es eso que has pensado que tal vez hacer un poco de esto o aquello no está tan mal? Eso que dices: “Todo el mundo lo hace, no me pasará nada malo si lo hago una sola vez”. ¿Qué es eso que te absorbe mucho tiempo y no tiene que ver con asuntos de tu vida espiritual?

El mundo actual nos ofrece cosas, placeres y estilos de vida que nos desvían de la dirección que Dios quiere para nosotros. Querer ganar más dinero, tener un mejor carro, beber alcohol en reuniones de amigos para pasarla bien, relaciones fuera del matrimonio, perder tiempo en redes sociales, televisión, videojuegos y otras actividades de ocio... No lo sé, piénsalo tú. Estoy seguro de que, si te sucede, en tu interior sabes cuáles son esas cosas que no están bien.

Dice Mateo 16:26: “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?”. Durante estos días estudiaremos lo que nos dice la Palabra de Dios acerca de lo que podemos “ganar” a cambio de nuestra alma y cómo realmente podemos sentirnos satisfechos con lo que tenemos y entender qué es lo primero que necesitamos en nuestra vida.

Por lo pronto medita en esto:

¿Estoy satisfecho con la vida que tengo?

¿Qué es aquello que tanto anhelo tener en mi vida?

Sinceramente, ¿qué estaría dispuesto a hacer para conseguirlo?