Día 3: Amar no es sentir bonito, es decidir bien

El amor ha sido reducido a emociones, pero en la Biblia, el amor es una decisión. No depende de cómo te sientas, sino de qué valores rigen tus acciones. Amar como fruto del Espíritu implica actuar con paciencia, compasión, perdón y compromiso, aunque no siempre te nazca hacerlo.

Pablo explica que incluso si haces cosas impresionantes —dar tu dinero, tener fe para mover montañas, hablar con elocuencia— si no lo haces con amor, de nada sirve. El amor es la base que da sentido a todo lo demás. Y cuando lo entendemos así, deja de ser opcional para convertirse en esencial.

Elige lo mejor:

Elige amar con tus acciones, incluso cuando no tengas ganas. Eso es reflejar el amor de Dios.

Desafío para el día:

Piensa en una persona con la que tienes una relación difícil. Hoy, actúa con amor hacia ella, de forma práctica y consciente.