En La Noche: El Último BaileMuestra

Día 1: Alegría de las segundas oportunidades

Trabajo en un supermercado un par de días. Y cierto día, mientras cobraba sentí que el cliente no dejaba de observarme curiosamente, como si tratara de recordar algo. Decido establecer contacto visual, capaz que tenía una duda sobre la tienda y podía ayudar. Al hacerlo me pregunta —“¿Te llamas Andrés?". Estaba algo ocupado, así que solo respondí —“No". Mientras seguía embolsando su compra. En seguida tuve una de esas sensaciones, que te llevan a ser sensibles o a estar más presente. Así que volteo y mientras le entrego su compra le digo — “Me llamo Samuel, mi papá se llamaba Andrés". Su rostro de intriga cambió por una enorme sonrisa y procede a hablar — “Entonces ¿él era tu papá? Lo conocí en la comandancia" (mi papá era juez). "Una vez llegue ahí a su oficina, traído por oficiales. Él me preguntó mi nombre y en qué trabajaba, le dije que era carrocero. A lo que él dijo, tengo un trabajo para ti, me dio las llaves de su auto y dinero para hacerle un arreglo de pintura. Debiste ver las caras de los oficiales, llegué esposado y salí de ahí en el auto del juez". Con una sonrisa también en mi rostro, le di las gracias por contarme esa historia y le deseé un buen día. Estaba algo conmovido, papá dejó de ser juez hace muchos años y él lo sigue recordando.

No hubo tiempo para detalles, pero esta corta historia me hizo reflexionar en algo. Él no mencionó nada de llegar ahí injustamente, su alegría venía de que el juez había decidido anular sus cargos y además darle una misión. Quizás, es la alegría de las segundas oportunidades. Y esta imagen es la que nos muestra el mensaje de Jesús. El juez anula nuestros cargos causados por el pecado, y cambia el rumbo de nuestra vida con un nuevo propósito. Así lo vivió la mujer que fue encontrada en adulterio mencionada en el libro de Juan. “Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie, le dijo: «Mujer, ¿dónde están ellos? ¿Dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?». Ella dijo, «Ninguno, Señor». Entonces Jesús le dijo: «Ni yo te condeno. Vete; y no peques más»" (Juan 8:10-11 RVR 1960).

‭Amigo, el evangelio es el mensaje de las segundas oportunidades, que libera del poder del pecado.

Antes de pasar a los siguientes días, que esto te llene de alegría. La alegría de las segundas oportunidades.