Cómo Ver a Dios - SecundariaMuestra

El verdadero gozo es mucho más que solo sentir felicidad cuando todo va bien; es más profundo, más constante e imposible de ignorar. Este versículo nos recuerda que, aunque no podemos ver físicamente a Jesús, cuando lo amamos y confiamos en él, recibimos un gozo que el mundo no puede entender. No se basa en qué tan fácil o difícil es la vida, sino en el increíble regalo de conocerlo. Piensa en la felicidad pura que sientes cuando estás con tus amigos más cercanos, compartiendo un momento que te hace reír hasta llorar… Ahora imagina un gozo aún mayor que ese. Ese es el tipo de gozo que Jesús nos ofrece, uno que permanece con nosotros sin importar lo que esté pasando a nuestro alrededor.

¿Cómo puedes confiar en él hoy y dejar que ese gozo inquebrantable eche raíces en tu corazón?