Chantaje Real: La Historia De AcabMuestra

El deseo desmedido hacia lo que no nos pertenece puede llevarnos a acciones destructivas.

La historia del rey Acab y la viña de Nabot nos muestra cómo el deseo descontrolado puede ser la raíz de acciones terribles. Acab, a pesar de ser rey y tener abundancia, codiciaba la viña de Nabot. Cuando no pudo obtenerla, se comportó como un niño caprichoso, negándose a comer y quedándose en cama.

Este comportamiento del rey nos recuerda el décimo mandamiento: «No codiciarás» (Éx 20:17). La codicia no es solo un deseo pasajero, sino un anhelo profundo por algo que no nos pertenece, hasta el punto de estar dispuestas a hacer cualquier cosa para obtenerlo.

Como mujeres de fe, debemos estar atentas a los deseos de nuestro corazón, ¿cuántas veces nos hemos encontrado anhelando lo que otros tienen? Puede ser una relación, una posición, posesiones materiales e incluso dones espirituales. La lección de Acab nos advierte sobre el peligro de permitir que estos deseos nos consuman.

• Aprende: ¿Qué nos revela la reacción de Acab sobre su carácter? ¿Cómo se relaciona esto con el décimo mandamiento?
• Vive: Reflexiona sobre tus propios deseos y responde: ¿Hay algo que anhelas de manera desmedida? ¿Cómo puedes entregar ese deseo a Dios?
• Lidera: Comparte con alguien de confianza sobre un momento en que lidiaste con la codicia y respondan: ¿Cómo podemos ayudarnos mutuamente a estar satisfechas con lo que Dios nos ha dado?

Oración
Padre celestial, perdónanos cuando permitimos que la codicia domine nuestros corazones. Ayúdanos a estar satisfechas con lo que nos has dado y a confiar en tu provisión. Que nuestros deseos estén alineados con tu voluntad. En el nombre de Jesús. Amén.