Semana Santa Con MarcosMuestra

Getsemaní

34 Y les dijo:
—Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad.
35 Y yéndose un poco adelante, se postró en tierra y oró pidiendo que si fuera posible pasara de él aquella hora. 36 Y decía:
—Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti. Aparta de mí esta copa, pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.

Quizás este es uno de los momentos más trascendentales de la vida de Jesús. Es el momento de enfrentarse a la cruda realidad del sufrimiento y la muerte.
Marcos no transmite percepción de la situación, sino que cita las palabras del propio Jesús. Es él mismo quien aparece diciendo que su alma está triste hasta la muerte.
Se siente aislado del resto, no solo por la momentánea separación física, sino por la soledad que siente ante la abrumadora tarea que recae sobre él.
Esta soledad que es físicamente visible, ha sido provocada por Jesús que intencionalmente se aparta de los tres discípulos que le acompañaban en este momento, para orar en soledad.

Jesús se siente como hombre desbordado por los acontecimientos, con una angustia tan intensa, que se siente morir.
En ningún caso desea morir, pues le pide al Padre que haga pasar la copa de él, copa que por otro lado ya había aceptado y cuyas consecuencias conoce y ha asumido.
La oración de Jesús es búsqueda de refugio y poder en el Padre.
Hincadas sus rodillas en tierra se humilla ante Dios buscando hacer su voluntad.

Hay dos conceptos principales en la oración de Jesús: el poder y la voluntad.
Por un lado está el poder de Dios para cambiar la situación, que pase esa hora, que pase esa copa, lo cual Jesús desea y confiesa como posible.
Por otro lado, la referencia a la voluntad. La voluntad de Jesús, a sabiendas que el Padre puede cambiar la situación, a la que se superpone la voluntad superior del Padre, que es quien ha determinado el orden de los acontecimientos.

La oración de Jesús en Getsemaní no fue la oración de un hombre débil y temeroso. Siempre tuvo plena conciencia de lo que le esperaba en Jerusalén. No le temía al sufrimiento físico ni a la muerte.

Oración: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti. Te damos gracias por Jesús, por su confianza en tu voluntad. Padre queremos ser como Jesús y descansar confiadamente siempre tu voluntad, a pesar del temor del que podamos ser presa en algunos aspectos de la vida. Gracias por Jesús y la obra hacia la que camina que tuvo consecuencias redentoras para cada uno de nosotros.
A Ti y solo a Ti sea la Gloria. Amén.