Demos Gracias a Dios

En este Salmo (107), encontramos seis veces la invitación a que demos gracias a Dios porque Él es bueno y su gran amor perdura para siempre. (v. 1,8,15,21,22,31).

En este Salmo también encontramos las situaciones en las cuales nuestro Dios escuchó el clamor de sus hijos y los libró una y otra vez con gran poder.

Como todos los Salmos, este pasaje nos invita a clamar a Dios y a esperar confiadamente en su respuesta. Este Salmo nos deja ver la intervención de Dios para guiar, liberar, instruir y fortalecer a sus hijos.

No importa qué tan profunda sea la prisión en la que nuestros pecados nos conducen o qué tan lejos de Dios nos haya llevado nuestra arrogancia, Dios escucha nuestro clamor por su gran bondad y misericordia.

Este Salmo nos recuerda que el amor de Dios perdura para siempre. Que no es un amor condicional o con vigencia, sino es un amor que responde en favor de aquellos que le buscan y se esfuerzan por obedecer.

Que en los siguientes días avancemos juntos clamando a nuestro Dios y estemos expectantes esperando su respuesta.

“Señor gracias por ser bueno con nosotros, gracias por amarnos, gracias por perdonarnos y estar al pendiente de nuestras oraciones. Permítenos ser humildes ante ti y esperar confiadamente en ti.” Amén.