La gloria de DiosMuestra

Todo lo que existe y todo lo que sucede se explica a partir de la gloria de Dios

“… todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice” (Isaías 43:7).

"Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén." (Romanos 11:36).

La gloria de Dios no es un tema incidental ni secundario en el relato bíblico. La gloria de Dios no es una realidad complementaria ni un suplemento opcional; no es un agregado ni un beneficio más. La existencia tiene que ver fundamentalmente con la gloria de Dios. La gloria de Dios es el inicio, el argumento central y la meta suprema de toda la trama del universo.

La gloria de Dios da sentido a todas las cosas y es la razón que mueve a Dios a hacer todo lo que hace. Todo empieza con la gloria de Dios y todo sucede para la gloria de Dios.

La Biblia nos dice que su gloria es la realidad que precede la existencia de todas las cosas, porque antes de la fundación del mundo, Dios Padre ya compartía su gloria con el Hijo (Juan 17:5). Su gloria es vista en toda la creación (Salmo 19:1-2) y es la meta de todo lo creado (Romanos 11:36; Colosenses 1:16).

Su gloria es lo que Dios busca en cada acto de su providencia (Romanos 11:36) y en cada una de sus obras (Isaías 45:5-7). Su gloria es la razón por la que Cristo vino a la tierra (Juan 17:4), y la gloria divina resplandeció en Él de manera majestuosa.

La historia de la redención está centrada en la gloria de Dios. Es la esencia de la vida para el creyente cristiano. Y Dios considera que lo fundamental para el hombre es conocer su gloria; Él quiere que entremos en contacto con ella. Para Dios, revelar su gloria es su gran deseo y para nosotros conocerla es nuestra gran necesidad. Por lo tanto, lo fundamental en la vida cristiana es vivir centrados en Dios y no en nosotros mismos; buscar glorificar a Dios.

Despreciar y rechazar la gloria de Dios es la esencia del pecado y la maldad humana (Romanos 1:23; 3:23). Por lo tanto, el desprecio de la gloria de Dios es la razón por la que la humanidad está entregada a pasiones vergonzosas y a una mente depravada (Romanos 1:24-28; 6:23; 8:22-23).

Pero Dios hace resplandecer su gloria en el corazón de aquellos que redime, para que lo conozcan en Cristo, y sean transformados; y este conocimiento es la mayor experiencia que un ser humano puede vivir (2 Corintios 4:6; Filipenses 3:8). Los redimidos somos transformados al mirar su gloria (2 Corintios 3:18) y somos llamados a hacer todo para su gloria (1 Corintios 10:31), porque ver a Dios exaltado en gloria es la razón de ser de la iglesia (Efesios 3:21).

La gloria de Dios no es un aspecto más de la experiencia cristiana o de la existencia humana. Es la meta de todo creyente, el propósito último. Dios creó al hombre para su gloria (Isaías 43:7). Por lo tanto, el propósito fundamental del hombre es vivir para glorificar a Dios.

Puntos clave:

• La gloria de Dios da sentido a todas las cosas y es la razón que mueve a Dios a hacer todo lo que hace.