Prospera en Cada TemporadaMuestra

Estaciones con Propósito

Recientemente visité St. Anne’s Park en Irlanda con mi familia. El parque tiene un impresionante jardín de rosas, pero como lo visitamos en invierno, no pudimos ver ninguna de sus hermosas flores. Aunque el jardín seguía siendo hermoso a su manera, uno de mis hijos comentó: "Apuesto a que esto se ve increíble en primavera o verano". Y tenía toda la razón. Aunque el jardín seguía siendo bello, nos perdimos el esplendor completo de sus colores y fragancia, algo que otros pueden disfrutar en la temporada adecuada.

Al igual que la naturaleza, nuestras vidas pasan por diferentes estaciones. Como nos recuerda Eclesiastés 3:1, "Todo tiene su tiempo". Cada etapa que vivimos, ya sea de alegría o de desafío, tiene un propósito y, aunque a veces no lo veamos, también tiene su propia belleza. Hay momentos en los que podemos sentirnos estancados o como si no estuviéramos avanzando, pero la verdad es que Dios está usando esa temporada para moldearnos en la persona que Él nos creó para ser. Cada etapa de nuestra vida nos prepara para lo que viene. Si intentamos apresurar el proceso, corremos el riesgo de perder las lecciones, la fortaleza y el crecimiento que nos capacitan para entrar en las promesas de Dios. Como este jardín de rosas cada temporada es necesaria para apreciar su belleza y aroma.

No sé en qué estación de la vida te encuentras en este momento, pero hay algo seguro: no podemos avanzar si seguimos mirando atrás o tratando de forzar nuestro camino hacia adelante. En la Biblia, Dios es descrito muchas veces como un alfarero que moldea el barro. Si resistimos Su proceso y tratamos de apresurar las temporadas, podríamos rompernos bajo la presión, porque nunca fuimos diseñados para saltarnos el trabajo de refinamiento que Él está haciendo en nosotros.

Recuerda, si estás en las manos del Alfarero, estás seguro. Cada temporada nos acerca más a Dios. Cada temporada tiene su propia belleza. Y cada temporada es necesaria para nuestro viaje. A través de cada estación, Dios nos capacita con las herramientas para caminar con confianza en Sus promesas.