Un Corazón Sin LímitesMuestra

Falta de estimación personal: El caso de Javier

Javier siempre sintió que no era lo suficientemente bueno. Comparado constantemente con su hermano mayor, quien era excelente en los estudios, deportes, liderazgo y relaciones sociales. Javier creció creyendo que no tenía ningún talento especial.

Esta percepción de sí mismo lo llevó a evitar nuevas oportunidades. Aunque tenía buenas ideas en su lugar de trabajo, jamás las compartía por miedo al rechazo. Un día, su jefe le llamó la atención, diciendo que parecía "desmotivado" y "poco comprometido". Sin embargo, Javier no estaba desmotivado; Estaba paralizado por el miedo a no ser suficiente.

"Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien".

Amigo, amiga ¿Sabes que Dios nos diseñó con un propósito único. Compararnos nos roba la oportunidad de vernos a nosotros mismos a través de los ojos de Dios y vivir plenamente en su plan.

En lugar de mirar a los demás, debemos buscar nuestra identidad y dirección en Él.

Observa estos tres errores de personas que se comparan constantemente con los demás:

Minimizar sus propias habilidades y dones.
Al enfocarse en lo que otros tienen o logran, pierden de vista sus talentos únicos y su propósito en la vida. Esto puede llevar a la frustración y al estancamiento personal.

"Mas ahora Dios ha colocado los miembros, cada uno de ellos, en el cuerpo, como él quiso".

Perder gratitud y contentamiento
Compararse constantemente genera insatisfacción y envidia, lo que impide agradecer lo que ya tienen. Esto los aleja de disfrutar las bendiciones que Dios les ha dado.

"He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación."

Desviar su enfoque de su llamado personal
Vivir mirando a otros desvía la atención de su misión única, lo que puede hacer que no alcancen el propósito que Dios tiene para sus vidas.

"Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús."