Salmo 19: La suficiencia de la palabra de DiosMuestra

La suficiencia de la palabra de Dios - Parte VII

• Los juicios de Jehová son verdad, todos justos (Salmo 19:9B).

David resumió esta hermosa cadena de seis descripciones de la palabra de Dios, cada cual describiendo algún aspecto de la palabra de Dios. Aquí declara que las palabras de Dios son verdad, todos justos; no hay nada falso o injusto en su palabra.

Los "juicios" se refieren a la verdad revelada de Dios. Las decisiones tomadas en un tribunal de justicia no siempre son correctas ni justas. Pero los juicios y estatutos de Dios que se encuentran en las Escrituras con respecto al bien y al mal siempre serán correctos. Los juicios del Señor son verdaderos y también justos por completo.

Los juicios de Jehová expresan su ley soberana. Sin embargo, para que estos juicios sean eficaces en la vida del creyente, es necesario que éste los guarde en su corazón y los obedezca.

La palabra de Dios se revela como lo más valioso y deleitoso

Dados que los juicios de Dios son justos y verdaderos son deseables para el hombre, más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulces más que miel, y que la que destila del panal (Salmo 19:10).

El oro y la miel son dos metáforas para expresar lo valioso y deleitoso que son los juicios de Dios. El oro mide la riqueza, por eso es tan apreciable. Pero, para David, la palabra de Dios no solo debía ser más estimada que la riqueza material, sino también más que las experiencias de los sentidos. La miel es dulce y agradable de comer, pero la palabra de Dios es aún más dulce.

La palabra de Dios nos amonesta a su observancia

El salmista, además, describe los juicios de Dios como amorosas amonestaciones. Con ellos tu siervo es amonestado. Por otra parte, David dice que hay gran recompensa en guardarlos. Guardar los juicios de Dios conlleva un hermoso galardón, un gran premio, ya que contienen una gran riqueza espiritual. El galardón no está en conocerlos, sino en guardarlos. Es la obediencia a los juicios de Dios lo se convierte en recompensa.

Los juicios de Dios conllevan precaución (amonestación), necesidad de guardarlos, y a la vez compensación, premio al observarlos.

¿Por qué es importante guardarlos (observarlos, cumplirlos)?

La palabra de Dios da instrucción – advertencia (amonestación) – que la riqueza o los placeres no dan. La amonestación es necesaria para prevenirnos contra los pecados a los que somos vulnerables. La amonestación es necesaria para evitar los peligros que no podemos ver. La palabra de Dios da beneficios – galardón – más grandes que la riqueza o placeres (grande galardón).