Cómo El Amor Puede Hacerte Un Líder IrresistibleMuestra

Día 5: Amor que persevera

John Wesley, fundador del metodismo, enfrentó una oposición constante durante su ministerio. Fue rechazado por las iglesias establecidas y atacado físicamente mientras predicaba. Sin embargo, su amor por Dios y por las almas perdidas lo llevó a perseverar. Wesley viajó más de 250.000 millas a caballo, predicó más de 40.000 sermones y escribió extensamente para compartir el evangelio. Una vez escribió: "El mundo es mi parroquia", declarando que no había límites para el amor y la compasión de Cristo.

Fuente de imagen: ChristianityToday.com

Su perseverancia dio frutos: miles de vidas fueron transformadas y un avivamiento espiritual impactó a Inglaterra y al mundo. Wesley demostró que el amor que persevera, incluso frente a la adversidad, puede traer un cambio duradero.

El amor que persevera no se rinde ante los obstáculos. Este tipo de amor ve más allá de las dificultades inmediatas y se mantiene firme en el propósito eterno de Dios. Como líder, estarás llamado a perseverar en medio de retos, críticas y desánimos. Reflexiona: ¿Tu amor por Dios y por los demás es lo suficientemente fuerte como para impulsarte a seguir adelante? Recuerda que la perseverancia en el amor glorifica a Dios y deja un testimonio que inspira a otros a hacer lo mismo.

Reto del Día: Recuerda un desafío actual y preséntalo a Dios en oración, pidiendo perseverancia y fortaleza para seguir adelante.

Oración del Día: Señor, dame un corazón que persevere en amor. Ayúdame a mantenerme firme en mi llamado y a confiar en tus promesas. Amén.

El amor que persevera tiene el poder de transformar vidas y glorificar a Dios. No te rindas; sigue adelante en amor.

Liderar con amor te hace un líder irresistible porque refleja el carácter de Cristo, el líder perfecto. Durante estos cinco días hemos explorado cómo servir, escuchar, inspirar, perdonar y perseverar con el corazón de Cristo. Cada uno de estos aspectos del amor no solo transforma nuestras vidas, sino también las vidas de aquellos que lideramos.

El mundo necesita líderes que amen con intención, que guíen con el ejemplo y que reflejen la gracia y la compasión de Dios. No se trata de alcanzar la perfección, sino de permitir que el Espíritu Santo obre a través de ti para que cada decisión, acción y palabra sean un reflejo del amor divino.

Recuerda que el amor es la base de todo liderazgo duradero y significativo. No lideres desde el miedo, el ego o la ambición personal; lidera desde el amor, porque el amor nunca falla (1 Corintios 13:8). Permite que tu liderazgo sea una ofrenda que glorifique a Dios y un canal para bendecir a otros.

Mi oración final es que Dios continúe moldeando tu corazón para que seas un líder conforme a Su voluntad. Que encuentres fortaleza en Su palabra, dirección en Su Espíritu y un amor inagotable que te impulse a cumplir el propósito que Él tiene para tu vida y para aquellos que te rodean.