El Niño Que RegresóMuestra

Imagina estar parado en una intersección con dos opciones entre las que elegir. Un camino te hace sentir miedo e incertidumbre, mientras que el otro está lleno de esperanza y promesa. ¿Cuál elegirías? La respuesta es obvia, ¿verdad? Nadie elegiría voluntariamente una vida llena de miedo e incertidumbre, ¿cierto? Bueno, incluso si no nos damos cuenta, cuando elegimos vivir la vida por nuestra cuenta, estamos eligiendo el camino del miedo y la incertidumbre. Pero cuando ponemos nuestra fe en Jesús, avanzamos hacia una vida llena de propósito y significado. Él nos ofrece más que solo existir; nos promete vida eterna. Esto no significa que la vida será fácil, pero nos garantiza que nuestra esperanza trasciende lo que vivimos en el presente. Con Jesús, siempre hay un camino para avanzar con esperanza.

Hoy, enfoquémonos en la promesa de vida que Jesús nos da y agradezcámosle por ella.