Salmo 127: El Progreso, El Crecimiento Y La Bendición Van De La Mano Con DiosMuestra

¿Sabes por qué muchas personas trabajan, se esfuerzan y fatigan en vano?
Porque no toman en cuenta a Dios, porque trabajan para su propia gloria, y no honran con su trabajo a Dios. Este pasaje es una exhortación muy sería para aquellos que no toman en cuenta a Dios, cuando trabajan, forman una familia, toman decisiones, etc.
¿Quién edifica tu casa? ¿En quién te apoyas para edificar tu casa?
El trabajo hecho sin apoyarse en Dios no será verdaderamente fructífero. Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, Y que comáis pan de dolores; Pues que a su amado dará Dios el sueño (Salmo 127:2).
Apoyándome en Dios para edificar mi casa
En este pasaje no se especifica cuál es la casa que se tiene que edificar. Puede referirse a:
- Un templo o casa de Dios. No en vano este salmo está dirigido a Salomón. Y conocemos la relación entre Salomón y el glorioso templo que construyó.
- Al crecimiento espiritual de una congregación. Sin la guía y la fortaleza de Dios la iglesia no puede avanzar ni prevalecer contra Satanás ni el mundo.
- Edificar una familia. Sin la dirección y apoyo de Dios, la familia no puede edificarse sanamente, ni prevalecer contra las amenazas del entorno.
- La edificación de nuestra propia vida espiritual. Sin Dios no podemos avanzar en la vida espiritual.
En cada una de estas referencias o esferas que representan una casa, sólo la bendición y provisión de Dios pueden provocar un resultado exitoso. En relación a la construcción de una casa, Dios da fuerzas a los trabajadores, los sostiene en vida, evita que una tormenta catastrófica arrase la estructura; puede impedir un sinnúmero de sorpresas.
El mismo principio es cierto en la operación defensiva básica de velar sobre la muralla de una ciudad o proteger una nación con un sistema de radar: si Dios te sostiene, tu defensa será suficiente y si no, no importa cuán profesional y costosa sea, resultará inadecuada.
En el hogar ordenado providencialmente, los hijos son herencia del Señor. Y Dios es quien trae el bienestar.
La lección a aprender no es la pasividad, sino la confianza y el descanso, una reducción divina de la afanosa labor (Salmo 127:2). Si Dios no interviene en cualquiera de estas edificaciones, en vano trabajamos.
Este pasaje enfatiza que el trabajo del hombre tiene su lugar y es necesario, pero al final la bendición, el progreso, la prosperidad y el bienestar vienen de la mano de Dios. Sin la obra de Dios, en vano trabajan los que la edifican.
Vivir la vida fuera de la protección, la guía, el cuidado y la provisión de Dios termina generando frustración, pérdida y desgaste. “Nótese que el salmista no pide que el constructor deje de laborar, ni tampoco sugiere que los guardas abandonen sus obligaciones, ni tampoco que los hombres muestren su confianza en Dios al no hacer nada: no, él supone que ellos harán todo lo que puedan, y después les prohíbe que fijen su confianza en lo que hacen o han hecho, y les asegura que todos los esfuerzos de las personas serán en vano a menos que el creador use su poder, para hacer que las causas sean efectivas” (Spurgeon).
El Salmo 127 afirma que a menos que Dios edifique (versículo 1), a menos que Dios vigile (versículo 1), y a menos que Dios dé (versículo 2), incluso nuestro trabajo para honrarlo será en vano. No importa cuánto creemos, cuán cuidadosamente conservemos o cuán duro trabajemos, es inútil y tonto tratar de hacerlo independientemente de Dios.
En cualquier actividad, necesitamos la bendición de Dios. Todo lo que logremos en la vida será en vano si el Señor no está en el asunto. Podemos "edificar" y podemos "vigilar", pero es el Señor quien garantiza los buenos resultados. Ni los esfuerzos ofensivos ni defensivos, tanto en la construcción para el progreso, como en el cuidado contra la destrucción, serán en vano (inútil), si Dios no está en el asunto.“Vano” significa gastar tiempo, energía, dinero y, al final, todo se pierde.
El salmista entendía que la obra del hombre tenía su lugar, pero era de poca utilidad sin la obra y la bendición de Dios.
Escrituras
Acerca de este Plan

El Salmo 127 declara que sin la dirección, cuidado y protección del Señor construir, velar o trabajar duro es (vano) inútil, de poco aprovecha. Sólo Dios garantiza que lo que se edifica (familia, nación, vida personal, iglesia, etc.) se levanta sobre fundamentos confiables y seguros, y se preserva en el tiempo. Eso es lo que afirma la Palabra de Dios. “Si Dios no edificaré la casa, en vano trabajan los que la edifican (es una pérdida de tiempo); si Dios no guardaré la ciudad, en vano vela la guardia".
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/
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